El desconocido nos presenta a Carlos (Luis Tosar), un banquero casado más con su trabajo que con su mujer (Goya Toledo), que lleva una buena vida y tiene dos hijos. Guiándose por una decisión impulsiva decide llevar a sus hijos al colegio, una buena idea que se convierte en la peor de sus pesadillas cuando una llamada telefónica le informa que tiene una bomba en el coche.
El desconocido es, paradójicamente, un viejo conocido. Las referencias están claras y su director no se corta un pelo en decir que le encanta Tony Scott (a él se le dedica la película), aunque el guión de Alberto Marini nos recuerde a películas como Speed (Jan de Bont, 1994) o Última llamada (Joel Schumacher, 2003). Esto es algo en lo que la mayoría de las críticas coinciden.
Sin embargo, a mí El desconocido me atrapó desde el primer minuto, desde ese detalle
Pero el verdadero percutor de esta película es Javier Gutiérrez, esa voz que nos hace estremecernos en la butaca y que lleva al personaje de Carlos hasta sus límites, todo ello
En mi caso, todo cobró una mayor dimensión, ya que al estar rodada en Coruña (ciudad que me conozco al dedillo), la sensación de realidad se hacía mucho más palpable y la tensión, que ya era enorme, se elevó hasta el infinito.
Creo que El desconocido es una buena película que, no solo cumple con su etiqueta de thriller, sino que además regala unas interpretaciones extraordinarias, amparada por una dirección notable.
El cine tiene ese característica de poder ser una película y millones de películas diversas a la vez, porque cada espectador y cada situación crean películas diferentes. En mi caso, comparto ciudad con su director, Daniel de la Torre, el cual demuestra (junto con otros muchos como Ivan Patiño y Carlos Álvarez, directores del Festival Fantástico y de Terror FanCine de Lemos) que en Monforte de Lemos hay talento.