La piel "respira". Es un tejido permeable que permite a las células abastecerse de oxígeno, agua y minerales directamente del exterior. A través de los poros, que son minúsculos orificios cutáneos (dos millones por individuo), la piel tiene la capacidad de absorber sustancias actuando a modo de filtro y permite numerosos intercambios biológicos con el exterior.
Utilizar las propiedades de nuestra piel para mejorar nuestro bienestar ha sido siempre una práctica ancestral, la fisioterapia y el uso de los aceites esenciales aplicados sobre la piel en forma de bálsamos o en el agua a modo de efecto termal han sido siempre unos buenos aliados para relajarnos y reconfortarnos, especialmente en las épocas más duras del año, en que el frío y los cambios bruscos de temperatura nos hacen sentir mal.
-¿Cómo actúan los aceites esenciales?
Los aceites esenciales o etéreos han sido durante miles de años un arma muy eficaz de la naturaleza contra intrusos indeseados. Su fácil evaporación así como su minúsculo tamaño molecular activan un mecanismo de doble acción: a través de la piel penetran en el torrente sanguíneo y llega a las vías respiratorias; a través de la respiración hasta llegar a los bronquios. Una vez llega ahí, el aceite esencial actúa licuando el moco y reconfortando la respiración.
-Aceite de eucalipto
El aceite de eucalipto fluidifica la mucosidad y aumenta la circulación en las mucosas, gracias a ello las células defensoras llegan más rápidamente al lugar de la inflamación.
-Aceite de pino
El aceite de pino tiene propiedades fluidificantes y antiespasmódicas, sobre la musculatura bronquial, además incrementa la circulación en las mucosas.
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