Nina George
Editorial: Debolsillo/3 de julio de 2014
ISBN: 978-8490329733
Género: Narrativa
Jean Perdu es dueño de un negocio tan especial como extraordinario: La farmacia literaria, una librería instalada en un barco en el Sena. En vez de dispensar medicamentos, receta libros como remedio a las aflicciones del alma de sus clientes. Monsieur Perdu sabe muy bien cómo aliviar el dolor ajeno, pero jamás ha sido capaz de ayudarse a sí mismo. Han pasado más de veinte años desde que terminó su maravilloso idilio con una mujer casada, y todavía no ha logrado recomponer su corazón. Su gris existencia cambia el día en que conoce a su nueva vecina, Catherine, que también ha sido abandonada. Ella es la única persona que podría comprender su dolor, por eso decide confesarle un secreto que le atormenta: Manon le envió una última carta que nunca leyó por despecho. Catherine le insta a abrirla ahora... Jean nunca podría haber imaginado su contenido. Ahora deberá tomar una decisión: seguir anestesiado con una vida que ya conoce, aunque no sea especialmente feliz, o aventurarse a lo desconocido y redescubrir lo bueno que tiene la vida. «Una farmacia literaria con libros como medicinas es una idea original y sabia. Sobre todo es una historia amable, reflexiva pero también divertida y escrita con mucha sensibilidad.
Monsieur Perdu es un hombre peculiar; amable pero reservado, sus vecinos en el número 27 de la rue Montagnard saben poco de él. Es el propietario de la conocida farmacia literaria en Paris, ubicada en una barcaza atracada en el río Sena. Lo que hacen diferentes la librería y su propietario es que Monsieur Perdu cura los males del alma, los corazones rotos, las mentes atribuladas de sus clientes a través de sus libros.
“El amor es una morada. Todo cuanto contiene una morada de utilizarse, no debería haber nada oculto o resguardado. Sólo vive quien habita por completo en el amor y no teme las habitaciones de las puertas. Pelearse y acariciarse con ternura es igual de importante; y también apoyarse mutuamente y apartarse el uno del otro. Es fundamental utilizar de veras todas y cada una de las estancias del amor. De lo contrario, los fantasmas y los olores se apoderan de ellas. Las casas y habitaciones descuidadas resulta mentón se imprevisible y huele mal.”Un día aparece una nueva vecina, Catherine, una mujer abandonada y humillada públicamente por su marido, un artista muy conocido. Los vecinos deciden ayudarla, ya que no tiene ningún mueble, y Monsieur Perdu no será menos, pero para ello abrirá su particular caja de Pandora, que no es más que una habitación sellada desde hace veinte años. A partir de ese instante las emociones estallan como fuegos artificiales en la vida del solitario Monsieur Perdu, que se siente atraído por su nueva vecina, pero viejos sentimientos resurgirán a través de una carta olvidada, lo que le impulsará a iniciar un viaje físico e interior de Paris al sur de Francia en su barcaza, durante el cual conocerá a unos peculiares compañeros de viaje y aprenderá a convivir con sus temores: todas esas emociones que encerró en aquella habitación en el número 27 de la rue Montagnard veinte años atrás.
“Todos retenemos el tiempo en nuestro interior. Retenemos las versiones anteriores de quienes nos han abandonado. Y también nosotros somos versiones pasadas bajo nuestra piel, nuestras arrugas, nuestras experiencias y nuestras risas. Debajo de todo eso seguimos siendo los de antes. El niño de antes, el amante de antes, la hija de antes.”Lo primero que diría es que me compré esta novela pensando que sería una lectura fresca, entretenida, con una trama sin mucho trasfondo, pero según avanzaba en la lectura, descubrí una historia deliciosa acompañada de una prosa evocadora que enamora.
El punto fuerte de la novela es el estilo de Nina George: rica, profunda y a la vez fluida, cargada de sentimiento. Os aseguro que es para subrayar párrafos enteros, porque habla de emociones que todos, en algún momento, hemos sentido, como el amor, el desamor, el remordimiento por no haber hecho más, las despedidas definitivas, las que dejan una herida siempre latente en el corazón, la idealización de un sueño, y sobre todo el temor a volver a amar, a ser vulnerable, a confiar en otra persona. Y desde luego no puedo menos que aplaudir el magnífico trabajo de traducción.
“Para las penas de amor, Sophie aconsejaba al menos un mes de duelo por cada año de relación. En caso de amistades de rotas, dos meses por año de amistad. Y cuando alguien se iba para siempre, decía: en ese caso, tómese toda la vida. Porque a los fallecidos que hemos amado los amaremos siempre. Su ausencia nos acompañará hasta el último día de nuestra vida.”Monsieur Perdu es el protagonista de esta maravillosa aventura, un personaje del cual te enamorasdespacio, sin que te des cuenta. Es un hombre maduro que ha vivido prisionero de un abandono, del temor a volver a amar. Durante su viaje por los diferentes ríos y canales, ciudades y pueblos, camino del sur, se topará con otras víctimas al amor en todas sus vertientes, personajes entrañables, excéntricos, divertidos, como Max Jordan, un joven que ha publicado su primer libro y huye del apabullante éxito a la par que se enfrenta al drama de la página en blanco; o Cuneo, que vive para y por el recuerdo de una mujer que desapareció diecisiete años atrás, después de una noche de amor perfecta. Y muchos más, que, a su manera, darán a Monsieur Perdu lecciones sobre la belleza de las emociones y la esperanza de volver a sentir.
“La costumbre es una diosa peligrosa y altiva. No tolera que nadie interrumpa su gobierno. Aniquila anhelos, uno tras otro. Y también las ganas de viajar, de cambiar de trabajo, de un nuevo amor. Impide vivir como uno quisiera. Porque, por costumbre, dejamos de pensar si realmente queremos lo que hacemos.”Hay un personaje que surge del pasado: Marion, la mujer que rompió el corazón de Perdu. Me ha encantado su dualidad, su lado más apasionado y a la vez egoísta. Es un personaje complejo, sediento de amor, de dar y a la vez recibir, la otra cara del amor, la que se oculta, la que suele ser condenada y rechazada. Pero como ella misma dice: ¿se puede juzgar a alguien que ama demasiado, que tiene tanto amor que regalar?
“—Todo el amor. Todos los muertos. Todas las personas de nuestra época. Son los ríos de los que se alimenta el mar de nuestra alma. Si no los recordamos ese mar se seca.”El otro protagonista son los paisajes que vamos descubriendo a lo largo del viaje, Nina George nos regala un maravilloso caleidoscopio de la belleza de Francia, de su campiña, ríos, pueblecitos, y sobre todo del sur, tan rico en colores y aroma, porque no solos percibes la belleza visual, sino que palpas, hueles y oyes lo que rodea a Monsieur Perdu.
En resumen, Sabor a Provenza es una alabanza a los libros y su poder de curación para los amantes de la lectura y un exquisito viaje para Monsieur Perdu y el lector, tan repleto de amor y amistad, anhelos y esperanzas, que no deja indiferente. He sonreído, he suspirado y al acabarlo sentía aún a Monsieur Perdu y su renacer a la vida.
“—Un mundo hecho sólo de palabra jamás puede ser auténtico.”
Sabor a Provenza es un canto a la vida, al aquí y el ahora, al amor, pasado y presente, a la amistad, los amaneceres y el ocaso, los reencuentros y las despedidas. Muy recomendable para los enamorados de los libros.