Si existe alguna figura mítica en el mundo de la música que se caracterizó por su energía y polémica tanto dentro como fuera del escenario, sin duda es el gran Freddie Mercury. El líder de Queen tuvo una vida rápida y, a falta de una palabra mejor, épica. Tanto que desde hace muchísimo tiempo se lleva discutiendo la idea de un biopic sobre el artista. Recuerdo que desde Borat, se dejaba caer la posibilidad de que su protagonista, el actor Sacha Baron Cohen, sería el encargado para encarnarlo, algo que se acaba de confirmar.
Pero a un gran sector del público no le hacía mucha gracia que un actor tan dado a la comedia burda y gruesa destrozase una imagen tan difícil de imitar. Mercury, al igual que Jackson, son figuras de las que es muy difícil cambiarles la cara. Todo el mundo sabemos quiénes son, cómo se mueven y cómo hablan. Cualquier cambio, por mínimo que sea, está condenado a ser criticado hasta la saciedad. Para asegurar la máxima fidelidad a la vida y obra de este gran artista, los antiguos miembros de Queen apoyan el proyecto y han cedido los derechos de las canciones.
Aún no está decidido quién será el director, pero el guionista será Peter Morgan, responsable de los libretos de El Último Rey de Escocia o Hereafter, la última película de Clint Eastwood, lo que nos garantiza una buena base sobre la que hacer la película.
Freddie Mercury falleció el 24 de Noviembre de 1991 víctima del SIDA, menos de 24 horas después de que decidiese hacer pública su enfermedad. Con él se fue una voz inigualable y una imagen personal rebosante de energía, unido a un talento sin igual que ha servido de inspiración para artistas en todo el mundo, como por ejemplo la esperpéntica Lady Gaga. Casi veinte años después de su desaparición, se le sigue echando en falta.