Revista Política
"Aminatou Haidar está muy débil. Ya ha pasado una semana desde que inició la huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote y las fuerzas físicas comienzan a desaparecer, aunque las mentales siguen intactas". Este es el arranque del reportaje de hoy en Público, en el que hago un repaso de los acontecimientos de los últimos días y, sobre todo, de las vidas de los cerca de 8.000 saharauis que viven día a día en España.
En el artículo vemos que la fortaleza, la tenacidad, el empuje y la valentía de Aminatou no es una excepción; es algo propio de la mujer saharaui. Zahra Ramdán y Marien Hassam son otros dos perfectos ejemplos de cómo la mujer es un pilar un pilar fundamental en el cultura saharaui. A diferencia de otros pueblos, este pueblo defiende a la mujer y, de hecho, un hombre que pegue a una mujer es desterrado y jamás podrá casarse con una saharaui. Principios muy diferentes, no sólo de otros pueblos como el marroquí, con el que equivocadamente se les confunde a veces, sino de nosotros mismos, los españoles, que no superamos la lacra el maltrato machista.
Este fin de semana, algunos de esos 8.000 saharauis que conviven con nosotros, intengrándose mejor que cualquier otro colectivo inmigrante, acudirán a Lanzarote a apoyar a Aminatou en su causa... y todos, absolutamente todos, estén en la provincia española que estén o en cualquiera de los campamentos de refugiados en mitad del desierto, tendrán la mente y el corazón en Arrecife... y los españoles también, aunque Gobierno y Monarquía hagan oídos sordos y continúen rindiendo pleitesía a un Mohamed VI que cada día es un poco más criminal por la violación de los derechos humanos que comete.