Revista Cultura y Ocio

Sainz de Robles frente al monumento a Pérez Galdós

Por Historia Urbana De Madrid Eduardo Valero García @edjaval

Una mañana de enero, el día 25, don Federico Carlos Sainz de Robles apoya su mano en el regazo pétreo del sedente Benito Pérez Galdós. El octogenario cronista de Madrid frente al escritor de Madrid.
Los jardines de El Retiro se muestran grises, tristes y esfumados; como si el luto por el aniversario del escritor canario convirtiese en crespones el paisaje madrileño.


El cronista e Hijo Predilecto de Madrid es fotografiado entre anónimos y ramos de flores. Para sus adentros monologa con quien fue su segundo maestro de madrileñismo; el primero era Ramón de Mesonero Romanos.
De la literatura de Galdós se nutría Federico para conocer al detalle el Madrid decimonónico, con sus calles, sus barrios, sus cafés y comercios; y con ellos, las referencias a hechos pasados y al madrileño de antaño con sus realidades y sus miserias. La novela galdosiana será para él -y para el autor de este blog-, una guía práctica del villorrio que fue la capital de España.

Federico había escrito y afirmado que los cuatro más grandes "no madrileños de Madrid" eran un pinciano, Felipe II; un sevillano, Diego Velázquez; un baturro, Francisco de Goya, y un canario, Benito Pérez Galdós. A éste último lo consideraba cronista oficial o cronista de la Villa de Madrid -aunque nunca ostentó el título-, por un hecho cronológico; Galdós había llegado a la Villa y Corte en 1862, y a Mesonero Romanos le habían nombrado cronista de la Villa en 1864. Quizá por esto Federico escribió tanto de don Benito, y, aunque no sea su biógrafo oficial, mucho ha aportado al conocimiento sobre la vida y obra del escritor canario.

"Galdós historió todo el siglo XIX español. Mesonero Romanos vivió con los mil ojos de Argos aquella primera mitad del siglo desconocida por el novelista. Y, sin embargo, el insuperable cronista madrileño declaró que el novelista genial conocía tan bien como él aquellos tiempos. Si para narrar bien la historia, o hay que haberla vivido, o hay que haberla presentido, no cabe otra solución que conceder a Galdós la suprema emoción de quien intuye la verdad por corazonadas. [...] Ni el más severo de los historiadores ha podido acusar a Galdós de apartarse de la verdad o de tergiversarla. Porque conviene advertir que cuando don Benito suma a lo histórico lo novelesco, no lo confunde." [1]


Aquello de los " cuatro más grandes no madrileños de Madrid" lo escribió Federico en 1964 y fue leído en la conferencia XVI del Ciclo sobre historia de Madrid, celebrado en febrero de 1967 en el Salón de Tapices de la Primera Casa Consistorial. El Ciclo había sido organizado por el Aula de Cultura del Ayuntamiento con la colaboración del Instituto de Estudios Madrileños.
Quiso el cronista de Madrid poner dos títulos a su texto; así, se presentó como " El 'otro' Galdós en el 'otro' Madrid" o " Galdós, uno de los 'cuatro' grandes (no madrileños) de Madrid". En el discurso también mencionaba a los "cuatro grandes" madrileños de Madrid.

"[...] así como hay los "cuatro grandes"-no madrileños-de Madrid, hay otros "cuatro grandes" madrileños de Madrid. Que son Lope de Vega y los tres "Ramones": Don Ramón I de la Cruz, don Ramón II de Mesonero Romanos y don Ramón III Gómez de La Serna." [2]


Interesante conferencia en la que Federico recorre la vida y obra de Galdós en un resumen completísimo desde su llegada a la Villa y Corte en 1962. Es en ese punto donde afirma categóricamente:

"Al año, al mes, Madrid le había ganado, se le había adentrado por las entrañas, le fluía con gozo en los gustos y en las apetencias, le reconcomía en los designios y en las consignas, le había pasado la esponja húmeda de su melancolía comprensiva por la pantalla cinemática de sus recuerdos de niñez y de mocedad. Al año de vivir en Madrid, Galdós era "un madrileño de toda la vida". Hoy nadie lo pone en duda." [3]


A finales de 1969 (octubre), cuando estaba a punto de cumplirse el cincuentenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, se inicia en Madrid un ciclo de conferencias sobre la figura y la obra del autor de "Los episodios nacionales". El Teatro Lara -donde entonces se representaba "Fortunata y Jacinta"-, fue el lugar elegido para desarrollar las disertaciones en las que participaron Ángel Lázaro; Francisco de Cossio, que habló sobre el tema " Galdós, como dramaturgo"; Antonio Díaz Cañabate, disertando sobre " Galdós y la calle de Toledo", y don Federico C. Sainz de Robles -entonces director de la Hemeroteca municipal-, que se centró en la " Vigencia de Galdós".

En diciembre del mismo año, Hoja del lunes hacía balance sobre el mundo editorial del año 1968. Bajo el titular " 1968 Literario", un extenso artículo hablaba de los premios otorgados a ensayos, narrativa y poesía, además de resaltar la " feliz divulgación del libro de bolsillo".
La figura de don Benito Pérez Galdós fue uno de los estudios que llevó a José F. Montesinos a hacerse con el Premio Nacional de Literatura destinado a ensayos (Premio Miguel de Unamuno) por su obra "Galdós". El libro formaba parte de la obra general " Introducción a una historia de la novela en España en el siglo XIX", y era parte de la obra completa que Montesinos se proponía dedicar al insigne escritor. Dicha obra consta de tres volúmenes, publicados por la editorial Castalia (Madrid) en 1968, 1969 y 1973, respectivamente.
Un párrafo del artículo decía:

"Hay temas propios que se ofrecen como motivo reiterado de estudio a la figura de Galdós, a la que, según informó dedicó F. Montesinos la obra que obtuvo el premio Miguel de Unamuno, dedica también Federico Sainz de Robles la titulada "Galdós, el hombre, su época y su obra"; Francisco Rodríguez Batllori publica "Galdós en su tiempo".


Don Federico Carlos Sainz de Robles, cronista de Madrid y padre del presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, falleció el viernes 26 de noviembre de 1982, a la edad de 84 años, víctima de un paro cardíaco. Por esta dolencia había sido ingresado el día anterior en el hospital de la Cruz Roja.
Al autor de este blog le llama la atención que en muchas citas biográficas sobre Federico se diga que falleció en 1983.


Será en ese año de 1983, el miércoles 30 de noviembre, cuando el Instituto de Estudios Madrileños organice un acto de homenaje y recuerdo a don Federico en el primer aniversario de su muerte. Tendrán palabras para el insigne cronista los miembros del instituto, señores Rufo Gamazo, Enrique de Aguinaga, José Montero Alonso y doña María del Carmen Pescador del Hoyo.


La fotografía que ilustra este artículo fue tomada la lluviosa mañana del 25 de enero de 1970. Se celebraba en Madrid el cincuentenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, acontecida el 4 de enero de 1920.
El Hogar Canario de Madrid rendía homenaje a don Benito con una ofrenda floral ante el monumento de El Retiro. Al acto-homenaje asistieron la hija del escritor, doña María Pérez Galdós Cobián y Verde, con sus hijos y nietos; el presidente del Hogar Canario, don Manuel Cerviá; miembros de la Junta directiva, una representación de los Amigos de Galdós, del colegio Cervantes de Madrid, y otras muchas personalidades, entre las que se encontraba el fotografiado cronista de la Villa don Federico Sainz de Robles.

En la ofrenda acompañaban a la hija de Galdós componentes del grupo artístico del Hogar ataviados con los trajes típicos canarios. El secretario de aquella institución, don Eutropio Rodríguez de la Sierra, pronunció unas palabras alusivas al acto y leyó los telegramas de adhesión llegados de los Cabildos Insulares, Ayuntamientos, Universidades y Ateneos de La Laguna, Casa Museo Pérez Galdós de Las Palmas y otras entidades culturales y organismos de la isla.

Don Federico C. Sainz de Robles también tuvo palabras para Galdós refiriéndose a la vigencia de éste y su madrileñismo.

"Don Benito, en este cincuentenario de su muerte, está aún presente en los personajes de sus novelas y en el ambiente que dio a toda su obra, porque Pérez Galdós fue un precursor en muchos aspectos hoy vigentes y aún actuales."


Finalizado el acto, ante las cámaras de TVE, la hija de Galdós corroboró que la actualidad y la vigencia de la obra de su padre demostraban que seguía interesando a los lectores, porque sus novelas continuaban editándose. A su vez afirmó que sus herederos ganaban más dinero que el que pudo ganar Galdós, a quien sus editores le pagaban mal o no le pagaban.
Doña María Pérez Galdós Cobián y Verde fallecerá dos años después, el 24 de septiembre de 1972, a los ochenta y un años de edad.


El día 4 de enero de 1970, la ciudad de Las Palmas tributaba homenaje al ilustre escritor inaugurando un monumento en la plaza de la Feria. La estatua, obra del escultor Pablo Serrano, representa a Galdós apoyado en un bastón. En aquel acto, el alcalde y el gobernador pronunciaron unas palabras y se leyeron los telegramas recibidos de la hija de Galdós y de don Dámaso Alonso, presidente de la Real Academia de la Lengua.

Sainz de Robles frente al monumento a Pérez Galdós


[1] Sainz de Robles, Federico C. Un autor en un libro: Galdós. Estudio y antología (1968) Madrid. Compañía Bibliográfica Española. pp. 113

[2] Sainz de Robles, Federico C. Cielo y tierra de Madrid (Historias a escala reducida) (1969) Madrid. Artes gráficas municipales pp. 194

[3] Ibídem pp. 198

Otras fuentes consultadas:

López Sancho, Lorenzo (1983) Federico Carlos Sainz de Robles. Cronista de la Villa. Revista Villa de Madrid, I (75), 3-8

Sainz de Robles, Federico C. Benito Pérez Galdós. Recuerdos y Memorias (1975) Madrid. Ediciones Giner. Editorial TEBAS.

· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original

© 2015 Eduardo Valero García - HUM 015-002 MADGALDOS


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