«Mariona se siente como una mosca: atrapada en una tela de acusaciones que empezó a tejerse en la planta de Urgencias del Hospital del Mar de Barcelona cuando era solo una médica residente de primer año…»
Reseña escrita por Maudy Ventosa.
SALA DE ESPERA, la primera novela del economista y director de publicidad barcelonés, Iván de Cristóbal, ha sido publicada la Editorial Alrevés S.L.
Se trata de una historia basada en un hecho real que pone al lector ante un dilema moral actual, difícil y controvertido, obligándole a posicionarse. Todo comienza cuando la joven médica residente, Mariona, está de guardia en urgencias un día de San Juan en el Hospital del Mar. Tan sólo llevaba tres semanas trabajando cuando se topó con la primera muerte, pero como le dice un compañero: “el dolor se cura”. Tendrá que acostumbrarse a desarrollar una coraza para salvaguardar los sentimientos, pero esto es el principio. Su vida cambiará drásticamente cuando la noche del 24 entra en urgencias una mujer joven, de unos veinticinco años, embarazada a punto de salir de cuentas, con una hemorragia severa. No hay tiempo que perder y ella es la médico de guardia. Tiene que tomar decisiones rápidamente para salvar la vida del niño nonato y de la madre. Pero la mujer no viene sola, sino acompañada de un “Testamento vital”, un documento de voluntades anticipadas que tenía que revisar: pertenece a la organización religiosa de los Testigos de Jehová, que creen que el recibir sangre de persona o animal es traicionar a Dios.
A partir de este hecho, el autor construye un thriller trepidante en el que entrelaza la historia de dos mujeres, Mariona y Lucía; ambas esperan en una sala y saben que, cuando el reloj que la preside marque las once, su vida habrá cambiado para siempre. La médico es joven y su futuro se ha derrumbado; la de mediana edad ha perdido todo al embarcarse en una relación amorosa que resultó ser una estafa. ¿Qué tienen en común estas dos mujeres para que el autor las muestre alternándolas?
Es difícil intuir el desenlace sorprendente de esta novela cercana, de ritmo rápido y prosa ágil no exenta de cierta ironía, donde las emociones, sentimientos, creencias y valores tienen un papel fundamental. Soberbia por creerse capaz y no pedir ayuda; desprecio por ideas que considera anacrónicas y no comparte; culpa por sentir rechazo por quienes piensa que son una secta alejada de la realidad y de la ciencia; juzgar sin sentir empatía; no encontrar su propósito en la vida creyendo que arrastra una vocación impuesta; falta de respeto por no entender; miedo a defraudar a los que importan de verdad… En el caso de Lucía, dolor inmenso por saber que César no era el amor de su vida, pero podría ser el amor del resto de su vida y dejarse engañar; lástima por sentirse inocente al necesitar el amor…
No permitir jamás que entre el deber y el enfermo se interpongan consideraciones de raza, religión, nacionalidad, de partido o de clase… es parte del juramento hipocrático que han de abrazar y jurar aquellos que se comprometen a consagrar su vida al servicio de la humanidad. Pero, las decisiones acarrean consecuencias, aunque se actúe de buena fe, porque puedes arrebatar las esperanzas de aquellos que ponen en la religión su vida eterna y su destino.
Nos da miedo la muerte hasta que nos da más miedo seguir viviendo. A partir de entonces, la travesía es un paseo. ¿Qué hacer cuando alguien pide que le salves y tienes que saltarte todas las reglas?
PERSONAJES:
- Mariona Valls, 24 años. Sentimiento de culpa por lo que ha ocurrido. Médica. MIR. Su vida va a cambiar. Ella también. Su vocación vino por una serie de televisión y el cáncer de su padre. Estaba de guardia aquella noche. Es menuda, morena, guapa.
- Lucia sabe que la única responsable de su penosa situación es ella misma. Está sola, cansada y arruinada. Confiaba en César, su socio, su compañero, su amante. Alérgica a tomar decisiones irrevocables.
- Eva, hemorragia severa, a punto de dar a luz a un niño. Pide ayuda a Mariona para salvarle. La madre, antes de que la inflaran a tranquilizantes, dio al sanitario un “Testamento vital” de su hija. el padre está de viaje de negocios. Motivos religiosos, instrucciones y criterios personales, voluntades anticipadas.
- Agustina, el amigo abogado del padre de Mariona, Gabriel. Mejor abogado que comercial, defendió a empresarios y políticos sin escrúpulos mirando hacia otro lado. Se le endureció el estómago; cerró el despacho cuando no pudo con una causa abierta a un político por un delito sexual. Descubrió su límite moral. Amable, de cabellos blancos.
- César, un celador con sueños muy grandes. Ávido lector de revistas de economía y emprendimiento. Él pone las ideas, ella el dinero.
- Abel Martín, emprendedor. Rompió con sus padres porque tenía un propósito. Dejó la comunidad porque era un chico curioso.
Y Roberto, gran coleccionista y miembro del jurado. Tuvo un infarto en la calle y le socorrió una testigo de Jehová. Y todos los demás…
El autor:
Iván de Cristóbal Miras nació en Barcelona en 1972. En la actualidad dirige una agencia de publicidad que trabaja con marcas líderes de sectores como el deportivo, el tecnológico o el energético. Economista licenciado por la Universidad de Barcelona y la Copenhaguen Business School, Iván es también profesor de comunicación en la Universidad de la Salle desde hace diez años y ha escrito artículos sobre estrategia de marca en diferentes medios de comunicación, así como varios guiones de cortometrajes de ficción, algunos premiados en diversos festivales independientes. Sala de Espera es su primera novela y ya está preparando su segunda.
El libro:
Sala de espera ha sido publicado por Alrevés Editorial. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 230 páginas.
Para saber más:
https://twitter.com/ivandecristobal