Revista Opinión
Hoy os voy a presentar a PICULET de Lirio, una colección de lámparas de mesa y de pié inspiradas en la silueta de un pájaro carpintero. Si se coloca recta, parece preparada para empezar a picar a la menor provocación.Hechas en aluminio, con tecnología Led de gran potencia y con un efecto de iluminación en color blanco cálido que encaja en cualquier interior.Disponen de un regulador para controlar la intensidad de la luz y gira completamente en cualquier dirección.Lámpara de MesaSus medidas son: Altura: 34cm. Longitud: 20cm. Anchura: 18cm. Bombillas: 2 led x 2,5w Colores: blanco, rojo,amarillo, gris claro, gris oscuro y negro. El módulo Led de esta lámpara es una solución que combina 2 led en una carcasa sintética y de aluminio con lo que se consigue una potencia de luz óptima y un color de luz uniforme.La lámpara dispone de un regulador de intensidad que permite ajustar de forma esencial la iluminación como desees.Se puede girar el cabezal de la lámpara del dispositivo de iluminación en la dirección que deseemos e iluminar la zona que se necesite.Su ahorro de energía es máximo en comparación con la iluminación tradicional, lo que nos permite ahorrar dinero en la factura de la luz y contribuir a preservar el medio ambiente.Ilumina con una luz blanca cálida e introduce una generación de Led de alta potencia. Esta innovación lleva las lamparas al siguiente nivel, ya que permite combinar la elegancia y la creación de ambientes con la iluminación eficaz y por tanto con la eficiencia energética.Lámpara de PiéPedro Espinosa se puede entrar a la misma alcazaba, el bastión conquistado a los nazarís por el infante don Fernando en 1410. Fue aquí donde supuestamente dijo aquella famosa frase: “Salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera” antes de la batalla que decidiría el destino de la ciudad.
Colegiata de Santa María. Foto: Toni Cifuentes
Una estatua a los pies de la muralla, entre las ruinas de una torre alquería y una de las entradas principales a la vieja Antaqira, recuerda a las familias musulmanas expulsadas de sus hogares y tierras y que marcharon a Granada donde fundaron el barrio de la Antequeruela.
La muralla de Antaqira y la estatua a los musulmanes expulsados. Foto: Toni Cifuentes
Pegados en lo alto de la muy reformada muralla, podemos descansar un poco y entretenernos en contar las torres y espadañas que se divisan por encima de las casas y edificios. Se dice que Antequera tiene treinta y tres iglesias. Treinta y tres. Pero es curioso que todavía no haya un consenso al respecto. Seguro que tiene más de veinticinco (las he contado) y en el pasado es seguro que tuvo incluso más. Una de las más interesantes, casi de obligada visita aunque se haya de pagar 2 euros, es la iglesia del Carmen, que da su nombre al pequeño barrio en que se encuentra. Su retablo barroco, importantísimo, está declarado Bien de Interés Cultural desde 1976. A falta de fotografía (no me dejaban), si alguna vez os pasáis por esta ciudad, tendréis que entrar para verlo y seguro que no os decepciona.
Iglesia del Carmen. Foto: Toni Cifuentes
Muchas iglesias no tienen culto y las que lo tienen no llenan. Pero hay cofradías y ambientillo religioso en Semana Santa. Se cortan muchas calles, no hay quien aparque cerca de casa y el tambor y la trompeta resuenan a cada rato. Las tallas son bonitas y los tronos bien grandes y cuidados. Huele a cera y a incienso y se sabe si ha pasado una procesión porque las ruedas de los coches chirrían. Algo curioso en estas fechas es “Correr la Vega”. Por la calle del Viento, estrecha, empedrada, resbaladiza y empinada, la cofradía del Socorro sube la calle a toda velocidad con el Santo Cristo o con alguna que otra Virgen a las espaldas. En la cuesta de la Paz, hace lo propio la cofradía del mismo nombre. Son “la de Arriba” y “la de Abajo” del Viernes Santo. También lo hacen el Jueves Santo la hermandad del Consuelo por la Cruz Blanca, y la de los Dolores por la cuesta de Archidona, que son de asfalto y menos empinadas. El evento atrae a turistas y en el pasado se dice que era un paseo para asomar a la Virgen y al Cristo a los campos fértiles y de esta forma bendecirlos. Quiero imaginar que antes se pasaba miedo, se temía por la vida de los hermanacos, aunque ahora solamente se les vea sudar un poco y ya está. No soy muy devoto. No se me puede pedir más al respecto.
Convento de Santa Catalina de Siena. Foto: Toni CifuentesConvento de las Descalzas. Foto: Toni CifuentesIglesia Parroquial de Santiago. Foto: Toni Cifuentes
Curiosidad es que Antequera tendrá muy pronto dos estaciones de AVE. Antequera siempre se ha dicho que es el centro de Andalucía. Y lo es, más o menos, lo mismo que puede serlo Archidona, Campillos o el Valle de Abdalajís, pueblos y anejos cercanos. Pero aquí el alcalde ha sido el primero en poner un borroncho de mármol en el lugar donde supuestamente se cruzan las líneas invisibles que otorgan esa grandeza: la de ser ciudad en el justo centro de Andalucía. En su día, nuestro alcalde dijo que aquí vendría gente a hacerse fotos, pero yo veo que pasan sin darse ni cuenta y los perros se mean igual que si fuera un árbol. Por eso se supone que tenemos dos estaciones de AVE: una en el quinto pino, en una barriada llamada Santa Anta, como a media hora en coche de la ciudad (para el tren que viene de Málaga y sube hasta Madrid), y otra que pondrán donde la antigua estación de tren y que irá de este a oeste. El progreso lo llaman, pero aquí nadie recuerda lo que era un tren de cercanías.
Dicen que Antequera es el centro de Andalucía. Foto: Toni Cifuentes
Antequera es para verla de lejos, pero si te quieres meter por las calles hay que ir al Coso Viejo donde se encuentra una estatua del infante Don Fernando y se puede visitar el Museo Municipal, con salas desde la prehistoria hasta nuestros días, y que guarda (entre otras cosas) pinturas de Zurbarán, tallas de Pedro de Mena y dos salas dedicadas a un ilustre pintor de la ciudad: Cristóbal Toral. Desde ahí, se puede tomar la calle principal bajando desde la Plaza de San Sebastián después de haber cogido información en la oficina de turismo y de ver, si se quiere, la iglesia que tiene al brillante Angelote pintado de oro en lo alto de la torre más alta de todas las iglesias de Antequera, la iglesia colegial de San Sebastián. Bajando uno se encuentra algunas tiendas y bares y, al final, la plaza de toros donde se hace la “fiesta” de los toros (incluida una goyesca) en julio y agosto.
Coso Viejo, con las estatua al Infante Don Fernando. Foto: Toni CifuentesCalle Infante Don Fernando. Foto: Toni CifuentesEstatua de los enamorados en la plaza de Castilla. Foto: Toni Cifuentes
Con las mismas características que la lámpara de mesa, sus medidas son: Altura: 119cm Longitud: 22cm Anchura: 22cm Bombillas: 2 x 2,5wAmbas piezas, la sobremesa y la lámpara de pié, están especialmente diseñadas tanto para un salón o dormitorio de un hogar, como para una oficina o estudio.Una competencia directa a las piezas:Pero a un precio mucho mas asequible.Terminamos con una foto general de esta colección:Josune ArrutiaAntequera tiene más de 40.000 habitantes, el 50% desperdigado en pedanías de los alrededores. El resto vivimos aprisionados entre coches y ruido, mucho calor en verano y mucho frío en invierno. Tiene lo malo de un pueblo y lo malo de una ciudad y ningún beneficio de ser alguna de las dos cosas. Pero los hay que aman Antequera y que la sienten de verdad. Málaga está muy cerca (a menos de 45 minutos) y muchos antequeranos la vivimos casi como una barriada de la capital. Para los turistas que quieren asomarse al interior, Ronda es un cebo más atractivo: queda muy cerca y tiene una fama mucho más grande. Pero Antequera es sin duda una ciudad de grandes monumentos, no solo eclesiásticos. Es cierto (bromas aparte con lo del centro de Andalucía) que Sevilla, Córdoba y Granada están muy cerca de aquí: todas alrededor de una hora en coche. Pero Antequera, además, está rodeada de sierras, de lagunas como la de Fuente de Piedra y parajes increíbles como el desfiladero de los Gaitanes en la Comarca del Guadalteba. Y, por supuesto, también están los Dólmenes y El Torcal, que serán las próximas visitas de nuestro libro viajero.
Antequera, con la Peña de los Enamorados y la Vega al fondo. Foto: Toni Cifuentes
Ya estamos esperando el próximo capítulo, Toni.