Revista Medio Ambiente

Salidas del estancamiento

Por Valedeoro @valedeoro

Written by valedeoro  //  07/12/2012  //  felicidad  //  No comments

Lizard waiting
Mi viaje de estudios a Miami está llegando a su fin. Lo que empezó como una aventura fruto del “no sé exactamente hacia donde voy”, acabó siendo un viaje lleno de inspiración y lleno de puertas nuevas abiertas. Igual que el camino de Santiago, este viaje me ayudó a aclarar mis propias ideas y a señalizar posibilidades y oportunidades.

Cambio de entorno

Tanto en el camino de Santiago como en este viaje a EEUU cambié completamente de entorno. Vivo tan solo con lo que tengo en mi mochila, y aunque aquí puedo contar con el coche de mis amigos, tener poca cosa sigue siendo una gran ventaja. El nuevo entorno ayuda a evaluar lo que tienes, lo que buscas y lo que es posible.

Durante el camino de Santiago me dejé inspirar por la soledad y el ejercicio físico. Las caminatas diarias me ayudaron a pensar sin seguir un rumbo y teniendo en cuenta un montón de ángulos. El cielo abierto y la naturaleza me proporcionaban paz y concenración. Aquí el entorno de trabajo y el apoyo profesional de mi coach me guian en el desarollo de una idea concreta que necesita nuevos impulsos. En ambos casos el cambio del entorno destapó ideas y oportunidades que desde el punto de vista convencional nunca hubiera visto.

Cambio de compañía

En el camino de Santiago conocí mucha gente. Compartí una pequeña parte del camino con cada uno. Aprendí a apreciar la diversidad de cómo vivimos nuestra vidas sin juzgar a la primera. Al mismo tiempo, y quizás a razón de la confianza inmediata entre peregrinos, pocos contactos sobrevivieron la vuelta. En cierta forma, lo que se habla en el camino, se queda en el Camino. Te puede inspirar, pero no se comparte.

Aquí en EEUU paso 90% de mi tiempo con las mismas dos personas. Estudiamos juntos, revisamos juntos, analizamos juntos. Me ayudan a crecer y al mismo tiempo yo les ayudo a revisar y mejorar sus propios conocimientos. Se ha generado una relación muy intensa que irá más allá de nuestra despedida cuando siga mi viaje a solas. Como los peregrinos en el camino me enseñaron lo que es posible, ellos me han mostrado como hacerlo realidad.

Cambio de expectativas

El camino me ayudó a definir qué era lo que quería. No tenía muy claro, por qué lo hacía. Sabía que iba ser el inicio de muchos cambios, aunque en este momento no me imaginaba en qué dirección. Simplemente quería tiempo para alejarme de lo diario y repensar mi situación. Se abrieron puertas que jamás hubiera imaginado.

Esta vez las expectativas están mucho más definidas. Vine aquí con un objetivo muy claro. Aprovechar al máximo el tiempo y la dedicación de dos coaches de primera. Y nuevamente, se abrieron oportunidades. La vida puede ser una aventura, si le das el espacio suficiente.


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