Revista Cultura y Ocio
Saliendo de la estación de Atocha. Ben Lerner
Publicado el 13 mayo 2013 por Mientrasleo @MientrasleoS"La primera fase de mi investigación implicaba despertarme entre semana en un ático apenas amueblado, el primer piso que vi al llegar a Madrid, o dejarme despertar por el ruido de la plaza de Santa Ana, incapaz de asimilarlo del todo en mis sueños, y luego poner la cafetera oxidada al fuego y liarme un porro mientras esperaba a que saliera el café".
Llegar a este libro fue fácil. Una de esas novelas debutantes que se convierten en apuestas literarias que se firman como éxito seguro. Un par de miradas por la red y un par de conversaciones cruzadas con @Offuscatio y rápidamente se convirtió en una lectura compartida que agradecerle, tanto por el descubrimiento como por el libro. Hoy traigo a mi estantería virtual, Saliendo de la estación de Atocha.
Conocemos a Adam Gordon un norteamericano que llega a Madrid en 2004 con una beca para escribir poemas apoyados en poetas españoles y cercanos a la Guerra Civil. Adam en cambio se limita a descubrir España desde los ojos de un extranjero con más ganas de buscar excusas que de mostrar interés por su beca o lo que le rodea.
El autor toma el título de un poema de Ashbery, y es mas que reconocido que el protagonista reúne características para ser su alter ego, entre otras cosas es poeta antes que ponerse a escribir esta novela. Atocha es, además, un elemento que tomará importancia por el 11M en la novela, aunque no llevará ni de lejos el peso de la historia. Sobre todo porque Lerner nos cuenta una historia de la que podría decirse no tiene peso. Se sustenta en el pasotismo conocido y aceptado de tantas personas que se pueden encontrar en la situación del protagonista, una beca para un proyecto "artístico", un país extranjero, porros, alcohol... Y aún con esto tampoco nos está enseñando los ambientes en los que se "corrompen" estos supuestos estudiantes modélicos.
Lerner lo que hace es construir una historia sobre la frivolidad de los actos cotidianos y pensamientos de un protagonista que no termina de caer bien. Vividor, embaucador, drogadicto... y sobre todo actor. Finge sentimientos ante quienes le quieren, finge interés hacia las mujeres que le pueden interesar, finge que comprende el castellano mientras finge delante del lector que no lo entiende en una farsa permanente de lo que debiera ser una vida ordenada. Y finge no entender lo que sucede para con ello justificar su desinterés absoluto. Me ha resultado curioso este juego, a ratos absurdo, que se trae el autor quien no coge peso ni siquiera para hablar del 11M.
Hoy traigo una novela entretenida, sin una gran historia pero con toda una campaña detrás. Aunque tengo que reconocer, eso sí, que ha conseguido divertirme y desesperarme a partes iguales. Nada de indiferencia ante sus letras.Si os apetece conocer a Adam, aquí queda, cuando se levante, se duche, se tome un café y se fume un porro, tal vez le apetezca devolveros el saludo.
Es lunes, ¿qué libro tenéis entre manos?
Gracias