Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó Dios;Atendió a la voz de mi súplica.
Salmos 66:18-19
El Rey David nos da una contesta de por qué Dios aveces no responde a nuestras oraciones y peticiones. Claro está que Dios tiene un corazón puro lleno de amor y nos reprende de maneras extrañas. David nos quiere enseñar que si estamos en pecado, Dios gira su rostro en dirección contraria a la nuestra. Pero a la misma vez nos dice que Dios atendió a su súplica la cualnos demuestra que quizás después de haber cometido su pecado, hubo un arrepentimiento verdadero. Ese es el modelo a seguir para encontrar no sólo la respuesta a nuestras súplicas sino para vivir una vida mejor y cerca de Él. Seamos como el Rey David.