¿Recuerdan aquella fría noche en la Ciudad de la Plata en la que el local, Argentina, tuvo que hacer más de un esfuerzo para rescatar un pobre empate ante Bolivia en la apertura de la Copa América? En la fiesta inaugural de la Copa Europea de Naciones la historia fue similar, pero invirtió sus emociones.
Polonia terminó festejando un empate ante Grecia que, durante todo el primer tiempo, pudo haber sido una goleada. Sobretodo después de que Robert Lewandoswki, delantero del Dormunt, concretara un precioso cabezazo para poner a los locales en ventaja. Pero todo se dio vuelta con un cambio, el técnico heleno Fernando Santos mandó a la cancha a Salpigidis, que literalmente le cambió la cara a los griegos.
Primero fue el autor del empate, tras un centro de desde la derecha en complicidad con Szczesny, y más tarde provocaría el penal y la expulsión del arquero del Arsenal, que no estuvo a la altura de las circunstancias…
Por suerte para los locales, Karagounis marró su definición, o mejor dicho, fue contenida por Tytón, en su primera acción en el partido, tirándose bien hacia su derecha. El recientemente expulsado terminó viendo el penal desde el vestuario:
El momento en el que Szczesny ve el penal desde el vestuario (vía 101greatgoals.com)
El otro protagonista excluyente del encuentro fue el árbitro español Velasco Carballo. En una actitud localista, no vio un penal claro en la primera parte para Grecia (una mano inconfundible) y expulsó a Papastathopoulos por una discutida doble amarilla. Para colmo, en complicidad con el linea, anuló (muy finamente) lo que hubiese sido el segundo tanto de Salpigidis.
En fin, lo que parecía una fiesta terminó preocupando más a los polacos que a los griegos, que demostraron cómo sacar un partido adelante. En eso tuvo mucho que ver su número 14, el pequeño gran héroe de la tarde.
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