Salsa pesto tradicional para #díadeLAPONTEZUELA
Hoy toca una elaboración básica que ha servido para dar salida a un excedente de piñones que, pacientemente, esperaban turno en mi despensa para ser protagonistas de mesa junto con unos simples espaguetis. Un festín para muchos, entre ellos mis hijos que adoran la pasta al pesto.
El pesto es una salsa, o condimento (como algunos también lo consideran) que se utiliza para acompañar pastas aunque hay algunas elaboraciones con nombre propio que lo incluyen entre sus ingredientes, como ocurre con la ensalada caprese.
El pesto que se vende en botes nada tiene que ver con el casero. Siendo tan fácil de elaborar, recomiendo prepararlo en casa y consumirlo lo más fresco posible para poder disfrutar de los sabores y aromas que aportan cada uno de sus ingredientes: albahaca, piñones, ajo, queso Parmesano y aceite de oliva virgen extra.
También recomiendo utilizar productos de calidad, como el aceite de oliva virgen extra 5 elementos que produce Finca La Pontezuela, uno de nuestros colaboradores de GastroMAD 2014 que tuvo la cortesía de regalar una botella a cada asistente al encuentro. En agradecimiento por su generosidad, aquí va este pequeño homenaje en forma de #díadeLAPONTEZUELA para el cual he elaborado esta salsa pesto tradicional.
Potente e insuperable. Palabrita.
Necesitamos (para un bote de 185 gramos)
- 50 grs de piñones
- 50 grs de queso Parmesano, rallado (o, en su defecto, Grana Padano)
- 50 grs de albahaca fresca, sólo las hojas
- 2 dientes de ajo
- 30 grs de aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra
Preparación
Tostamos los piñones en una sartén a fuego moderado y moviendo constantemente para que se doren por igual.
Retiramos el germen de los dientes de ajo para suavizar el sabor y que no repitan.
Lavamos las hojas de albahaca y las escurrimos, pero no en exceso.
Colocamos todos los ingredientes en el vaso de una batidora eléctrica, salpimentamos al gusto y trituramos hasta obtener una pasta homogénea.
Probamos y ajustamos el punto de sal y pimienta, así como el espesor. Si queremos conseguir una consistencia más líquida, agregamos más aceite de oliva virgen extra o una pizca de agua y trituramos de nuevo hasta homogeneizar.