El bicho está acorralado, ahora solo falta deshacerse de él y en ello estamos.
Mientras me da una tregua y para confiar en la victoria un pequeño paseo a mi salud por la calle del mismo nombre. Céntrica, tanto que comunica la del Carmen con la Gran Vía, pero poco más que destacar salvo su nombre y su historia claro.
El invierno del 1434 al 1435 el tiempo se cebaba con toda Castilla pero sobre todo con la villa: nevadas y lluvias torrenciales continuadas arrasaron cosechas, derribaron casas e incluso destrozaron parte de la murralla. También se desbordó un foso de aguas que se acabaron mezclando con las potables. La hambruna y la enfermedad hicieron que los cadáveres acabaran agolpados en las calles provocando en el verano una epidemia de peste que acabó con más de 5000 personas de los 20000 habitantes de la ciudad medieval.
Años más tarde, reinando entonces los reyes católicos, de nuevo la peste volvío a presentarse, pero ninguno de los afectados vivía en las pocas casas que formaban el arrabal cercano a lo que es hoy la puerta del Sol. Al estar fuera de las murallas la suciedad y basura no era tanta como dentro así que por allí no se atrevio a pasar peste que valga y desde entonces se le llamó el barrio de la Salud.
Hoy, muchas más casas que antes, la portada de la antigua iglesia de San Luis quemada en el 36, un hotel, un hostal, varios comercios y bares forman lo que se llama la calle de la Salud.