San Lorenzo quiere evitar la autopista al infierno

Gusto a poco. San Lorenzo igualó en el final pero el punto le sabe a poco.

Por Martín Goldbart (@mgoldbart)

El primer tiempo tuvo la intensidad y la carga de nervios esperada para el choque con Olimpo, ya que San Lorenzo lucha contra viento y marea por salvarse de la promoción, mientras que Olimpo, hace lo mismo pero por evitar perder la categoría de manera directa. De hecho, para los de Bahía Blanca, hoy, la promoción hasta sería un premio, un alivio, bálsamo.

San Lorenzo llegó poco, pero llegó. No pudo marcar porque le faltó claridad y, desde ya, contundencia. Además, tuvo sobre sus hombros la responsabilidad de ser protagonista frente a su gente, en una coyuntura y con un estilo, impreso por su DT, Ricardo Caruso Lombarda, que, a priori, está lejos de aquello.

San Lorenzo no se puede permitir ningún tipo de especulación. Ni siquiera pensar en la famosa media inglesa, aquella de ganar de local y sumar, de a tres o de a uno, cuando le toca jugar fuera de casa.

Su propio entrenador dijo que el “Ciclón” ya no depende de sí mismo, entonces no queda otra que salir a buscar el resultado positivo. Ni siquiera permitirse perder tiempo en discutir si los árbitros ayudan o no a sus rivales directos. Nada de eso, debe ganar.

Y Caruso se la jugó. Dio muestra de ello cuando poco antes de los quince del segundo tiempo hizo entrar a Carlos Bueno por Bazán. La apuesta fue con tres delanteros en cancha. Que no asegura ser más ofensivo, pero es un mensaje.  Romagnoli, Salgueiro, Bueno y Gigliotti fueron llevando de a poco al “Azulgrana” cada vez más cerca del arco de Matías Ibáñez.

Sin embargo, a los 27 minutos, Néstor Bareiro, centro delantero del equipo de Walter Perazzo bañó de agua fría a todo el Nuevo Gasómetro. Con un cabezazo desde una pelota parada puso el 1 a 0 y ahí sí, aún mucha más tensión, con una gigantesca cuota de desesperación y angustia.

Silenció el Nuevo Gasómetro. El paraguayo Bareiro anotó el 1-0 para Olimpo.

Porque lejos de mirar únicamente los puntos que necesita para zafar de la promoción, la derrota lo dejaba a dos puntos de Tigre y con un partido más, por lo tanto, si los de Rodolfo Arruabarrena conseguían la victoria contra Colón en Santa Fe, el “Santo” quedaba demasiado cerca del infierno: en puestos de descenso directo.

Para Olimpo, el triunfo era una pequeña luz en la total oscuridad, una pequeña esperanza para seguir dando lucha. Sin embargo, en el tercer minuto de descuento, cuando todo era angustia, Gigliotti consiguió el empate para que la noche no sea tan negra. Fue empate, sigue siendo angustia.