Revista Religión

San Valente de Vinaroz

Por Santos

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Otro corposanto, en este caso en Vinaroz, Castellón.
La persona que me hace la pregunta, me dice: "En mi pueblo se veneró durante muchos años el cuerpo incorrupto de San Valente, pero nadie se preocupó de averiguar quién era este santo. De hecho, ni siquiera en Internet he podido encontrar nada sobre él. Lo único que se sabe es que según la auténtica que acompañó el cuerpo cuando se trajo de Nápoles, es que se había extraido del cementerio de Ceriaco (nombre del que tampoco se encuentra nada). Después de muchas investigaciones , he podido encontrar indicios de que podría tratarse del efímero Emperador romano Valerio Valente (duró dos meses, de diciembre del 316 a marzo de 317). Fue muerto por imposición de Constantino al co-emperador Licinio, pero no hay noticia de que fuera cristiano. Mis preguntas son: ¿Es posible que se trate del Emperador Valerio Valente?. ¿Qué población es Ceriaco? ¿Es posible que se considerase santo únicamente por el hecho de que su cuerpo se conservase incorrupto?"

Lo primero que salta a la vista es la imposibilidad de que sea tal personaje el venerado en Vinaroz, ya que ningún emperador sería enterrado en las catacumbas romanas... es demasiado pedir; por lo tanto, la experiencia en estos temas me indicaba que sólo era un santo desconocido de las catacumbas. Con ese co-emperador lo único que coincide es el nombre. Visto esto, le aclaré que Ciriaco es uno de los tantos cementerios donde había catacumbas y enterramientos cristianos, como el de Pretextato, Priscilla, San Calixto... no es un pueblo, sino una catacumba y que muchos mártires han salido de este cementerio de Ciríaco. Le recuerdo que es común identificar corposantos con santos del martirologio, dando pie a confusiones y errores, y que en la sección CORPOSANTOS del blog podía ver algunos casos.

Le pido una fotografía, si existiera, ya que el santo no estaba en veneración, para poder determinar la incorrupción o no y, claro, para publicarlo en el blog.

Enseguida me responde este amigo y me dice: “Muchas gracias por tu pronta y detallada respuesta. Efectivamente, me pareció raro que el cuerpo de un emperador acabase en Vinaroz, aunque en realidad fue un efímero co-emperador con Licinio, que lo hizo matar por exigencia del también emperador Constantino. En principio me pareció que algunos indicios apuntaban esa posibilidad, en especial la indumentaria del cuerpo en la que parece apreciarse una corona de laurel y flores y, sobre todo una especie de coraza romana al estilo de las que lucían los emperadores. En la foto que te adjunto pueden verse ambas cosas. En el grabado que se hizo en su día, que tambien te adjunto, ambos atributos aparecen más claramente definidos, aunque evidentemente ahí el artista puso de su parte lo que le pareció conveniente.

La historia de la llegada de este cuerpo a Vinaroz es resumidamente la siguiente: En 1780 el capitán vinarocense Jose Carlos Esteller, de guarnición en Nápoles, pidió al papa Pio VI una reliquia de algún santo para llevarla a su pueblo. Sorprendentemente, a los dos meses el papa le hizo donación del cuerpo de San Valente, en una urna de cristal bastante lujosa. Todo se trajo a Vinaroz y fue objeto de un recibimiento apoteósico y una veneración singular durante muchos años e incluso tiempo despues de la llegada del cuerpo se hizo una novena de la que tengo copia. En 1936 todo fue destruido. Lo que me llamó la atención y he tratado de esclarecer es que durante 155 años nadie hizo el menor intento de saber algo de la vida y muerte de este santo. También resulta sorprendente la generosidad de Pio VI con un simple capitán español, teniendo en cuenta el enorme valor y estimación que en el siglo XVIII se atribuía a las reliquias de santos. Por otro lado, veo que también hay un San Valente de Jerusalén, pero esto lo veo más improbable. Muchas gracias de nuevo y hasta pronto”.

A esta respuesta, sólo le quedaba precisar un par de cosas: Precisamente por ser la corona de laurel símbolo de la victoria y del premio en Roma, a los mártires se les pone, porque nadie como ellos ha alcanzado la suprema victoria, y en cuanto a las vestiduras, pues lo mismo, todos siguen un esquema: visten como soldados romanos, la explicación de esto podría hallarse en que los mártires son la “Miles Christi”, o sea, la milicia de Cristo. Además de la cuestión estética, parecen más “romanos”. Lo otro por precisar es que fue el mismo aprecio por las reliquias, lo que hizo que los siglos del XVII al XIX fueran pródigos en estas donaciones de cuerpos de mártires. No es tan extraño que le fuera dado a un militar, un noble, un sacerdote o unas religiosas. Los ejemplos abundan.

Y aquí está la fotografía, perteneciente al Archivo de Agustín Delgado, Vinaroz. La sorpresa que me llevé fue grande, porque sí que parece estar incorrupto, o al menos momificado, sería el único caso que he visto en fotos (el otro es Santa Benedicta de Monacilioni) de una verdadera incorrupción o momificación natural. Antes le había dicho que tal vez no fuera un cuerpo incorrupto, sino una osamenta dentro de una imagen de cera, como tantos que hay. Los incorruptos no abundan tanto como se cree, son simples recubiertas de cera o escayola. En todo caso, no es la incorrupción, si la había, lo que determinó su santidad, sino el hecho del enterramiento y vestigios de veneración como mártir; pero tengo que admitir que me precipité, sí parece incorrupción. Lástima que haya sido destruido por el odium fidei.


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