Sancos para niños

Lo maravilloso de los pequeños es que hay cierta edad en la que todo les parece una aventura, cualquier elemento puede cobrar la forma del juguete más novedoso y atractivo, entreteniendolos durante horas sin cansancion, sobre todo si es una actividad que requiere movimiento físico, cosa que a los mas pequeños les encanta hacer y que los ayuda fundamentalmente en su desarrollo físico y motriz.

Como hemos hablado antes, no siempre hay suficiente dinero para comprar todo lo que el mercado en materia de juegos y juguetes nos propone para los niños de hoy en dia, por lo que una excelente alternativa es la de proponerle a los pequeños elementos de construcción casera, que supondran un ahorro y el mismo efecto de entretenimiento, en tanto que al mismo tiempo se pueden hasta reciclar materiales, por lo que tambien sostienen un criterio ecológico que es importante que los niños aprendan.

Para traer otra de esas opciones sencillas de realizar, en la que los niños pueden participar inclusive junto a sus padres en el proceso de construcción, damos con la genial idea de confeccionar sancos para niños, una opción diferente y sumamente divertida que le encantará a los más pequeños de la casa, ya que se sentirán como acrobatas del circo en su propio jardín.

Los sancos para niños se consiguen en un simple par de pasos, primeramente se necesitarán dos tacos de madera de unos 5 cm. de alto x 15 cm. de largo x 7 cm. de ancho para cada par, medidas que pueden modificarse en largo según la medida del pie del niño que los usará. El siguiente paso es realizarle a cada madera un agujero por el que se pasará una cuerda de aproximadamente un metro de largo, a la que se le realizará un nudo en las puntas, para conseguir una linea cerrada.

Cuando el niño calce los pies en los tacos de madera deberá sujetar los lazos a los costados, extendiéndolos y tensándolos lo suficiente para que la presión los sujete a la base del pie y puedan así ir dando sus pasos de gigante. En este punto los sancos para niños ya están finalizados, lo que queda es que el niño se vaya familiarizando con ellos, aprendiendo sobre cuestiones de equilibrio y ritmo, a la hora de sincronizar las manos, con las cuerdas y los pies con las maderas, cuando tomen confianza irán sin problemas en un asunto que les resultará sumamente divertido al aire libre.

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