Revista Religión

Santa María Magdalena: apóstol de apóstoles (I)

Por Santos

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Hablemos hoy de una de las mujeres más importantes de la primitiva iglesia de la cual, aun hoy en día, hemos de aprender muchísimo. Desde el punto de vista etimológico, su nombre significa lo siguiente: María: la preferida por Dios. Magdalena: hace mención a su lugar de origen, Magdala, pueblito situado en el Mar de Galilea, junto a Cafarnaúm y Tiberíades.

Si hoy en día la mujer pinta muy poco en muchísimos países del Oriente Medio, imaginémonos lo que pintarían hace dos mil años y sin embargo, Jesús, se rodea de ellas propagando así la emancipación de la mujer. Para Cristo, el discipulario (sus discípulos) está compuesto por hombres y mujeres, siendo citados más asiduamente por los evangelios, tres hombres y tres mujeres: Pedro, Santiago y Juan y las llamadas tres Marías, uno de las cuales es siempre Magdalena. Las fuentes en las cuales podemos basarnos para hablar de ella son los cuatro evangelios canónicos, que la mencionan en numerosas ocasiones. Lucas y Marcos hacen mención de ella como una mujer liberada por Jesús de siete demonios, haciendo Marcos hincapié en la inmensa gratitud mostrada por ella a Cristo. Magdalena es mencionada como discípula de Cristo desde el principio de su vida pública, pertenece al grupo más cercano a Jesús,  hace el camino con Él hacia Jerusalem,  comparte sus proyectos y su destino y siempre (y esto es muy importante) es citada sin referencia a ningún varón: (María la hermana de Lázaro, Juana mujer de Cusa, María mujer de Cleofás, Marta hermana de Lázaro, María madre de Santiago Alfeo, Salomé madre de los Zebedeos….), a Magdalena se le cita “a secas”. Esto da a entender que no era necesario relacionarla con nadie para que fuese conocida. Sólo son nombradas por sus nombres “a secas” la Santísima Virgen y María Magdalena.

Destaquemos de los evangelios algunas cosas importantes: 

1.- Pertenece al Grupo Apostólico: sigue al Maestro desde Galilea, es la primera en ver a Jesús Resucitado y es enviada por el mismísimo Cristo para anunciar su Resurrección (Mateo, 28, 10 y Marcos, 16, 9-10). Y es por eso que  San Hipólito de Roma que vivió en el siglo III la llama “apóstol de los apóstoles” y San Jerónimo, que vivió en los siglos IV/V, dice que “ella merece ver a Cristo Resucitado antes que los apóstoles”. Pero volvamos un poco atrás: aunque Cristo se rodea de hombres y mujeres por igual, ya en la primitiva iglesia empieza a aparecer la discriminación de la mujer y parte de culpa la tiene San Pablo: “la mujer debe estar sometida al marido….” E incluso aún así continúa, haciéndosenos llegar, por ejemplo, que Magdalena era una prostituta arrepentida: craso error, porque los evangelios jamás la reflejan como tal. Lucas no la identifica con la prostituta que lava los pies a Jesús y no es mencionada como la mujer adúltera. Sólo se dice de ella que estuvo poseída por demonios (lo hemos visto ya), pero lo mismo se dice de algunos hombres.

2.- Sigue a Jesús hasta su muerte: Así lo reseñan los cuatro evangelistas en el relato de la Pasión de Cristo. Mateo, 27, 55-56;  Marcos, 15, 40-41;  Lucas, 23, 49 y Juan, 19, 25 la mencionan junto a la cruz y siempre en primer lugar. Eso significa algo, significa muchísimo. Recordemos lo que hicieron los discípulos: Pedro lo niega tres veces, todos huyen y el único que da la cara es Juan. Comparemos la actitud de los discípulos con la actitud de María Magdalena. Algunos nos la han querido representar como la “llorona” que está junto a la cruz, pero es realmente la mujer valiente que está junto a su Maestro hasta el final, en los momentos más duros.

3.- Es testigo en la mañana de Pascua: Los cuatro evangelistas la identifican como la primer testigo de la Resurrección de Cristo: Mateo, 28, 1-10;  Marcos, 16, 1-8;  Lucas, 28, 1-10 y Juan, 20, 1-18. Si es la primera persona a la que Cristo se aparece Resucitado, por algo sería, eso no es casual.

Resumamos esta primera parte: es una importante mujer que pertenece al grupo más cercano a Jesús, que siempre le será fiel, que lo sigue hasta su muerte y que merece ser la primera persona en verlo Resucitado. En el próximo capítulo seguiremos hablando de este hermoso ejemplo de apostolado.

(En la imagen, icono de la Santa que se venera en la iglesia ortodoxa de la Santa Dormición en Cumberland, EEUU).

Antonio Barrero

 


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