Revista Música

Santana: "Abraxas"

Publicado el 29 octubre 2010 por Bitacorock
Santana:


SANTANA
"ABRAXAS"

Edición original en vinilo: septiembre 1970

Santana:
Clásico ejemplo de escalada vertiginosa y aceptación masiva, esta banda de San Francisco nunca tuvo que sortear esos incómodos peldaños de la escalera al éxito. Probablemente porque Santana irrumpió en el momento exacto en el lugar justo y en el marco propicio. Después de todo, entre el padrinazgo del sagaz Bill Graham y su Fillmore West por un lado y el espaldarazo del festival de Woodstock por el otro -dos varitas mágicas que por cierto no se hubieran posado sobre un ente sin talento ni originalidad- ¿qué podía esperarse si no inmejorable futuro y transcendencia perdurable?

Y así fue. Porque tras un aclamado primer álbum la banda que impondría timbales, bongós y tumbadoras en el rock se despachó con esta segunda entrega la cual para muchos ha quedado nomás en el tope de la lista santanesca hace ya cuatro décadas... desde ese día de septiembre de 1970 en que un ser supremo de la mitología y la literatura se adueñó también de la música.

Santana:
Cóctel de rock, jazz, salsa y variados ritmos centroamericanos batido con esa guitarra endiablada de notas punzantes, ululantes y sutilmente melódicas, "Abraxas" no sólo atesora tal vez el mayor número de clásicos de la discografía de la banda, sino que también toma obras prestadas para procesarlas y devolverlas como éxito de taquilla! Porque ni Peter Green, ni el "Rey del Mambo" Tito Puente, ni un oscuro pintor de la escuela surrealista llamado Mati Klarwein podrían haber depositado sus creaciones en mejores manos.

Hacía ya dos años que el entonces líder de la banda blusera inglesa Fleetwood Mac había compuesto su "Black magic woman", un simple editado por Fleetwood en 1968 que no progresó más allá del puesto 37 de los charts del Reino. Santana no sólo metió esta versión en la licuadora, sino que le adicionó una pizca de "Gypsy Queen" del húngaro Gábor Szabó y finiquitó un combo que habría de disparar las ventas de "Abraxas" a la estratósfera. Congas que van, timbales que vienen acompañando una guitarra enfurecida y teclados/percusión/voz a tono convirtieron la más bien insulsa versión de los bluseros en una entrega polifónica plena de ritmo y vida.

Algo parecido le ocurrió a Tito Puente cuando escuchó su "Oye como va" en versión santanesca y se dio cuenta de que su ritmo es realmente "bueno pa’ gozar"... Aunque hay discrepancia en la verdadera autoría de este movidito cha cha cha, sin duda don Puente es el que se lleva las palmas y Santana el que carga con los laureles porque entre guitarra, órgano Hammond y percusión a rolete el tema despega solo.

Santana:
La composición del resto del disco ya cae en manos propias, donde el organista y cantante Gregg Rolie contribuye con el toque rockero ("Mother’s daughter" y "Hope you’re feeling better"); el percusionista nicaragüense Chepito Areas aporta la contrapartida puramente salsera ("Se acabó" y "El nicoya"); el otro percusionista Mike Carabello adiciona el componente psicodélico ("Singing winds, crying beasts") y Santana introduce sabor propio en "Incident at Neshabur" (junto al pianista Alberto Gianquinto) y el himno melancólico "Samba pa’ ti", posiblemente el primer tema rockero que escuché en mi vida pre-adolescente de entonces, con recuerdos que van tan atrás como a 1971 porque era la época en que una versión abreviada de "Samba pa’ ti" recorría radios, los escasos canales televisivos en blanco y negro, y recopilaciones en vinilo de la onda "Sótano Beat a Todo Color/Calor" -mayores de 50 a sacudir las neuronas que no es difícil acordarse de esto!

Con David Brown (bajo), Rico Reyes (percusión) y el versátil californiano Mike Shrieve (batería y percusión) completando la formación, el espectro "Abraxas" encuentra una poderosa línea de base de notable definición y limpidez.

Pero no es todo. Circulaban por el bastidor surrealista de la época los pinceles de Mati Klarwein, un europeo recientemente afincado en Nueva York cuya escalada a la fama y producción de tapas discográficas con sus pinturas mucho hacen recordar la historia de otro artista de garra rockera: el suizo H.R. Giger. Una reproducción de la obra de Klarwein "Annunciation" es la que ornamenta la portada de "Abraxas", respondiendo fielmente no sólo a la decisión de Santana de incluirla, sino también a la esencia y sonido de la banda, como ese alado ángel Gabriel montado sobre una tumbadora. De no haberla pintado en 1961, hasta hubiéramos sospechado que este álbum fue el que modeló la inspiración de Klarwein!

En fin, "Abraxas" es un disco para disfrutar, sentir y dejarse llevar. Onda fusion, onda salsera, onda mística... como quiera llamársele. Al fin de cuentas, las etiquetas musicales siempre se quedarán cortas cuando de Santana se trate.

Felices 40!



Santana:


Volver a la Portada de Logo Paperblog