Revista Religión

Santas Macrina, abuela y nieta

Por Santos
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Pregunta: Quisiera saber más de santa Macrina, y su imagen, si existe. Gracias. México.
Respuesta: Sí que existe, imágenes y santas. Y no una, sino dos, que son abuela y nieta. Para diferenciarlas se les llaman "Macrina, la anciana" y "Macrina la Joven":
Santa Macrina la anciana, viuda. 14 de enero y 30 de mayo
Poco se sabe de su vida, salvo lo que sus nietos escribieron y el elogio que le dedica San Gregorio Nacianceno (2 de enero) en su vida de San Basilio Magno. Fue mujer de San Basilio (también 14 de enero), madre de San Basilio el Teólogo, obispo, quien estaba casado con Santa Emmelia, diaconisa (ambos el 30 de mayo). Por tanto, abuela de los santos Macrina la Joven (ver más abajo), Basilio Magno (2 de enero y 14 de junio), Gregorio de Nisa (9 de marzo) y Pedro de Sebaste (9 de enero). Se cree que su familia fue convertida al cristianismo por el gran San Gregorio Taumaturgo (17 de noviembre) apóstol de Neocesarea. Las crónicas, piadosas, dicen que cuando este llegó a la región, solo había 17 cristianos y al morir, sólo 17 paganos. (1)
Macrina se casó muy joven con Basilio, devoto cristiano y también considerado santo. Fueron devotos y caritativos con los pobres. Ambos pagaron pronto el precio de ser cristianos, pues padecieron bajo el emperador Diocleciano, por lo que huyeron a las colinas del Ponto, junto al Mar Negro, donde vivieron en absoluta pobreza, al ser confiscados todos y muchos bienes. Allí dos cabras bajaron de lo alto de los montes y se ofrecieron para ser compañía y servir de alimento (me gustaría suponer que no se las comieron, sino que aprovecharon la leche). Cuando terminó la persecusión, siete años después, regresaron a casa, donde fueron recibidos con alegría, y considerados confesores de la fe. Su hijo Basilio el Teólogo nació en la persecusión, y Macrina fue ejemplo de firmeza en la fe. Ejemplo que luego de la paz, lograda con con el Emperador Constantino (21 de mayo), se extendió a toda la familia. Su hijo Basilio y Emmelia tuvieron diez hijos, de los que ya vimos que cuatro son considerados santos. Macrina influyó notablemente en la formación de sus nietos mayores, especialmente en Basilio y Macrina (la joven). Les enseñó la piedad, la caridad y el ardor de la fe. Y lo dice el mismo Basilio en el panegírico que le dedicó a su abuela. Santa Macrina sobrevivió a su marido, aunque no consta el año de la muerte de este. Ella murió en el 340.
Santa Macrina la Joven, virgen. 19 de julio. (en la imagen, con sus hermanos)
Fue la hija mayor de Santos Basilio y Emelia. Educada en la piedad cristiana por sus padres, desde niña fue ejemplo y modelo. Al morir su padre (que había arreglado un matrimonio ventajoso para ella), hizo voto de virginidad y junto a su madre se dedicó a educar a sus hermanos que, como dijimos arriba, fueron los santos Basilio Magno, Pedro de Sebaste y Gregorio de Nisa. Además, se ejercitó en la oración, la penitencia y la meditación de la Palabra, convirtiendo su vida en casi monástica en medio del mundo. Junto a su madre, fundó un monasterio femenino en su propia casa del Ponto, para el cual su hermano Basilio escribió la regla que debían seguir las vírgenes. Destacó esta regla en la penitencia y, cosa que el monacato femenino perdió con el tiempo, el estudio, meditación y aplicación de la Palabra de Dios. Establecieron horarios de oración, especialmente oración litúrgica de los salmos y cánticos tradicionales.
Macrina fue afectada durante mucho tiempo por una llaga gangrenosa que llevó en silencio y humildad durante mucho tiempo, hasta ser curada milagrosamente cuando Emelia, su madre, trazó la señal de la cruz sobre dicha llaga. Sanó y solo quedó como testimonio un pequeño punto negro. Luego de la muerte de su madre, Macrina repartió todos sus bienes entre los pobres y junto a sus monjas comenzó a vivir del trabajo de sus manos, siguiendo la norma extendida en otros monasterios y seguida sabiamente por los eremitas. Basilio murió en el 379 y Macrina enfermó gravemente a finales de ese mismo año. Avisado su hermano Pedro, fue a visitarla y la halló agoizante de fiebres, consumida y tendida humildemente sobre tablas. Ella le recibió con alegría y él le consoló predicándole sobre el amor de Dios, los premios de la vida Eterna. Así, luego de hacer la señal de la cruz, falleció plácidamente. Era tal la pobreza del monasterio, que no se halló nada para cubrir el cadáver, aparte del mismo velo de Macrina, pero su hermano Gregorio, presente en el entierro, le puso su propia capa episcopal, con su propia cruz, en la que había una partícula de la Vera Cruz. El sepelio fue solemne, con varios obispos, monjes y monjas. Fue enterrada en la Iglesia de los Cuarenta Mártires de Sebaste, en la misma tumba de su madre. Venerada por todas las Iglesias, su memoria es muy estimada por los orientales, que la consideran casi una madre del monacato femenino. Lo más extenso que de su vida se tiene por seguro es la vida que escribió su hermano Gregorio y el sermón de su funeral, que también se conserva.


(1) Basilio parece confirmar esto, al decir que su abuela guardaba celosamente las enseñanzas y escritos de Gregorio el Taumaturgo; los cuales leía asiduamente a sus nietos.

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