Santiago de Compostela, donde llegan todos los caminos
Por Pstdeviaje
@PsTdeViaje
Catedral de Santiago de Compostela
Créditos: Belén Valdehita Villota
Hablar de la ciudad de Santiago de Compostela es hablar del Apóstol Santiago, pero también de arte, cultura, gastronomía y de su animado ambiente universitario. No hay que esperar a que sea un año Santo o Compostelano para conocer Santiago de Compostela, una ciudad milenaria que rebosa vida.
Perteneciente a la provincia de A Coruña (Galicia), Santiago es la sede del gobierno autónomo gallego (Junta de Galicia) y también de su Parlamento. Además, su enorme tesoro patrimonial hizo que en 1985 Santiago de Compostela fuese declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Chove en Santiago…
Chove en Santiago meu doce amor. Camelia branca do ar brila entebrecido o sol (Llueve en Santiago, mi dulce amor, camelia blanca del aire, brilla entenebrado el sol...)
Estos versos gallegos escritos por Federico García Lorca sirven para ilustrar una de las peculiaridades climatológicas de Santiago de Compostela, la lluvia, o más exactamente esa lluvia fina que los gallegos llaman xiada y que coloquialmente se conoce como “calabobos”.
Santiago de Compostela está claramente influenciado por el clima oceánico húmedo, que se caracteriza por contar con temperaturas medias suaves, pero sobre todo porque las precipitaciones están aseguradas gran parte del año, aunque de menor forma en verano.
La distancia del mar y su altitud hacen que las temperaturas sean algo más frías que en la costa gallega. Durante la estación invernal la temperatura media ronda los 8 grados centígrados, mientras que en los meses de verano la media está en torno a los 20º, una temperatura muy agradable para recorrer la ciudad sin pasar agobios.
Mucho que ver en Santiago de Compostela
Rúa do Villar, Santiago de Compostela
Créditos: Yearofthedragon
Para que una ciudad sea declarada Patrimonio de la Humanidad no basta con que sea bella. Santiago es una villa realmente bonita, pero además resulta fascinante, con sus monumentos, la centenaria universidad, las estrechas callejuelas o las numerosas plazas del casco viejo, ya que todas y cada una guardan algún tesoro.
Nada más llegar a Santiago la visita debe comenzar por la Catedral y por las cuatro plazas que la rodean (Obradoiro, Quintana, Inmaculada y Praterías), que están surcadas por las principales rúas (calles) más históricas de la ciudad, las cuales esconden infinitas riquezas patrimoniales. Entre otros tesoros se hallan el Palacio de Gelmírez (románico civil del siglo XII), el Monasterio de San Pelayo de Antealtares (fundado en el siglo XI por Alfonso II), el Monasterio de San Martín Pinario (original del siglo XI pero restaurado con estilo barroco compostelano), los palacios de la Casa del Dean, de Monroy y el de los Marqueses de Bendana (los tres en la rúa do Vilar), la iglesia de Santa María Salomé (iglesia románica que conserva su fachada del siglo XII), el Hospital Real (del siglo XV y actual sede del Parador de Turismo), el Palacio de Rajoy (siglo XVIII), que alberga la Presidencia de la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento Compostelano), el Colegio de San Jerónimo (siglo XV), la Casa de los Canónigos o la Conga (siglo XVIII).
Todavía quedan por citar muchos edificios religiosos y civiles, monumentos, museos, parque y jardines, y todos ellos completan el increíble patrimonio de Santiago.
Para poder informarse de todos ellos lo mejor es hacer una visita a la Oficina de Turismo de la ciudad, emplazada en el número 63 de la rúa do Vilar, o visitar la web www.santiagoturismo.com
Comer en Santiago de Compostela
Los amantes del pescado y del marisco tienen un paraíso en Galicia y, por supuesto, en Santiago de Compostela.
Santiago posee excelentes restaurantes aptos para todos los bolsillos, aunque una forma muy habitual de comer y cenar en esta ciudad es hacerlo de raciones. Resulta una delicia disfrutar de tapas tan típicas y exquisitas como la empanada gallega (de bacalao, zamburiñas, “raxo” o atún), el pulpo “á feira” (con aceite y pimentón), los percebes, las vieras, las navajas, los mejillones, los berberechos, las “xoubas” (unas sardinas pequeñas), el lacón o los pimientos de Padrón, terminando con el postre por excelencia de la zona, la emblemática tarta de Santiago.
Pulpo á feira servido en su típico plato de madera
Créditos: Tamorlan
Para los que prefieren comer de manera tradicional son imprescindibles los pescados, como el rodaballo, el mero, la lubina, el besugo o el rape, hechos a la plancha, en “caldeirada” o con ajada, además de los mariscos al vapor o a la parrilla, o los platos de carne gallega, especialmente los que provienen del cerdo, todo ello regado con los vinos de Galicia (Ribeiro, Albariño, Mencía da Ribeira Sacra, Monterrei o Godello).
Dónde dormir en Santiago
En cuanto al alojamiento, la oferta hotelera de Santiago incluye más de un centenar de propuestas. Dentro de la categoría de cinco estrellas se encuentran los hoteles Parador de Santiago-Hostal Reis Católicos, el Melia Araguaney, el AC Palacio del Carmen o el NH Obradoiro. Entre los hoteles de cuatro estrellas están el Compostela, el San Francisco Hotel Monumento, el Sercotel Los Abetos o el Eurostars San Lázaro, entre otros muchos.
Para alojamientos más económicos está la oferta de hoteles de tres, dos y una estrella, que incluye el Casas Reais P.R., el Carris Casa Da Troya, el Bonaval, el Windsor, el Moure, el Pazos Alba, el Hotel Gastronómico San Miguel, el San Carlos, el Miradoiro de Belvís, el Fonte de San Roque, el Plaza de Galicia, el Horreo, el Avenida o el As Artes.
Mucho qué hacer en Santiago de Compostela
Además de visitar el enorme patrimonio de Santiago y descubrir su excelente oferta gastronómica, la ciudad también cuenta con una animada vida nocturna, una completa agenda cultural y otras muchas ofertas de ocio.
La noche en Santiago tiene un marcado carácter universitario, pero ofrece posibilidades para todas las edades. Existen dos zonas diferentes para disfrutar de la noche, la del casco histórico (con locales como O Atlántico, O Matadoiro, O Malas Pécoras o El Coffee Pop) y la zona nueva, con locales de copas y discotecas a las que se acude a altas horas de la mañana, como el Maycar (Doctor Teixeiro, 5).
Para los amantes del shopping, además de poder adquirir en el casco histórico los recuerdos típicos (como las conchas de peregrino en mil y una formas) y los apetecibles productos gastronómicos que se venden en el Mercado de Abastos, Santiago posee dos grandes centros comerciales y la popular zona de tiendas de El Ensanche, donde se pueden conseguir objetos de forja ornamental, grabados, vidrio, esmaltes, preciosas joyas de plata y azabache, cerámica de Sargadelos o prendas de cuero.
Al final del camino está Santiago de Compostela, ciudad milenaria, mística y de leyenda, pero también cosmopolita y muy actual. Sólo hay que descubrirla.
© Belén Valdehita Villota, Derechos Reservados
Viajes para toda una Vida
Twitter: @miblogdeviajes