Santuario de Covadonga, Asturias

Si hay un lugar en Asturias que evoca el sentimiento de patriotismo entre sus ciudadanos, ese sería Covadonga. Situado en la falda del monte Auseva, en Cangas de Onís, este lugar lleno de lagos, cuenta con la Basílica y el santuario más importantes de la región; así como uno de los principales conjuntos religiosos del país.

Lo más llamativo, para aquel que lo visite, es que aquí la importancia no va con las dimensiones, sobre todo en el Santuario, en el que apenas caben más de veinte personas. En esta pequeña cueva situada en mitad de la montaña se encuentra La Virgen de Covadonga, llamada por sus paisanos como la Santina. De ella se dice que es pequeña y galana, y es que motivos no faltan ya que hay que reconocer que su tamaño es mínimo. Evidentemente, es la patrona de Asturias y, cada 8 de septiembre, los asturianos suben en masa hasta Covadonga para visitarla (desde luego, subir un día como ese es una locura).

El origen de esta cueva ha dado lugar a distintas historias, aunque la más verosímil de todas es que Pelayo, cuya estatua se erige enfrente de la Basílica, y su ejército, se refugiaron en ella huyendo de los musulmanes. Con ellos llevaban alguna imagen de la virgen, que dejaron allí cuando ganaron la batalla de Covandonga. Desde luego, ésta tendría bastante sentido, y los términos victoria y Pelayo a los asturianos les encanta, así que quedémonos con ella. Sin embargo, el Santuario como tal no fue construido hasta el reinado de Alfonso I. Originariamente, la capilla era de madera, aunque un incendio en 1777 obligó a que fuese reconstruida y la Virgen sustituida por otra donada por la Catedral de Oviedo.

Los restos del Rey Pelayo fueron trasladados en su día a la Santa Cueva, aunque hoy en día el sepulcro, justo al lado de la Epístola, está vacío. Sin embargo, el Santuario no sólo se compone de la capilla a la Santina. Justo debajo de éste está la fuente de los 7 caños, que según dice la leyenda, si bebes de todos ellos “te casas en un año”. De camino del Santuario a la Basílica, también está el museo y la escolanía. Sin duda, esta es una visita prácticamente obligada para todos aquellos que quieran conocer Asturias.