Mi primera intención era cocinar las sardinas al horno, por los olores, y por lo sencillo, jeje, pero finalmente me he lanzado al toro y las he rebozado con huevo y pan rallado para hacerlas fritas. De sabor han quedado buenas, pero el rebozado se ha quemado bastante, aunque estaban comestibles.
Como acompañamiento tenía pocas opciones, así que he troceado un par de tomates y medio pimiento rojo, los he aliñado y listo.
Sardinas rebozadas y Ensalada de tomate y pimiento
Éxito en la niña: 8/10, aunque ella en lugar de ensalada tenía un queso burgos y media zanahoria. El tomate se lo íbamos poniendo ya pelado, que se nos ha vuelto delicadilla con la comida.