Sarkozy en Buenos Aires. Verdades reveladas con acento francés

Además disertar en la Usina del Arte, Sarkozy recibió la visita de Sergio Massa y Mauricio Macri.

En este artículo de septiembre del año pasado, Le Monde recordó la aclaración de Nicolas Sarkozy el 30 de noviembre de 2010, cuando anunció su intención de reelección: “Estoy acá por dos mandatos, no más. Después será el turno de la dolce vita“. El diario también transcribió palabras que el ex Presidente francés les habría dicho “cien veces y sin vueltas” a sus amigos. “¿Me ven retomar de cero la actividad política candidatéandome para consejero general, como hizo Giscard?” ¡No, yo cambiaré de vida y me dedicaré a hacer dinero!”. Ante esas mismas amistades, el ex mandatario habría declarado -de nuevo en más de una ocasión- que “bastan las conferencias para vivir muy bien”.

Con esta convicción en mente, Sarkozy habrá aceptado la invitación del Grupo RHUO para brindar la “conferencia exclusiva sobre política internacional y negocios” que la semana pasada convocó a “más de 370 empresarios y ejecutivos de todo el país” en la porteñísima Usina del Arte. Cabe preguntar si el también esposo de Carla Bruni habrá facturado por las breves entrevistas que mantuvo con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri y con el diputado electo por el Frente Renovador, Sergio Massa, en el Hotel Four Seasons donde se alojó.

Londres, Nueva York, otra vez Londres, Tel Aviv, Montréal son algunas de las ciudades que el ¿todavía líder? de la Union pour un Mouvement Populaire (UMP) visitó en el transcurso de 2012 y 2013, para brindar algunas de sus conferencias pagas. Hace poco incluyó a su propio país en la gira para “hacer dinero”: en septiembre pasado Le Parisien informó que la “primera conferencia remunerada en tierra francesa” tendría lugar a fines de ese mes en Cannes por intermedio de “una filial del grupo indio Tata (Tata Consultancy Services, especialista en informática)”, que lo invitó a hablar sobre “la crisis económica y su rol de ex Presidente ante los clientes extranjeros de la empresa”.

Con esta pastilla exclusiva para suscriptores, el mismo Le Parisien constituye la excepción a la indiferencia generalizada que la charla de Monsieur Nicolas en Argentina provocó en los medios galos. No es el caso de nuestra prensa escrita que dio cuenta del evento a partir de las crónicas y/o análisis de La Nación, Clarín, InfoBAE, la revista Mercado, El Cronista en sus propias páginas y a través de la revista Apertura.

A principios de 2012, cuando faltaban escasos meses para las últimas elecciones presidenciales en Francia (elecciones que Sarkozy perdió por poco ante François Hollande), Le Nouvel Observateur publicó “cinco cifras” representativas del daño que el mandatario saliente habría provocado durante su gestión. Atención al riesgo de parcialidad, las calculó una consultora afín al Partido Socialista: un millón de desempleados suplementarios; aumento de la deuda pública en 600 mil millones de euros; 75 mil millones de euros en concepto de ‘regalos fiscales’; destrucción de 350 mil puestos de trabajo en el sector industrial; aparición de 337 mil nuevos pobres.

Curiosamente, estos índices distan de parecer descabellados cuando se los contrasta con los resultados de una encuesta que el propio partido sarkozyano encargó meses atrás, y que la versión francesa del Huffington Post publicó en octubre pasado: el 54% de los ciudadanos entrevistados califica la gestión del ex jefe de Estado como negativa; el 23% se declara muy disconforme y sólo el 2% muy satisfecho. “Pequeño consuelo -advierte el autor de la nota- el 91% de los simpatizantes de la UMP saluda la obra de Sarkozy, aunque -otra vez- sólo el 6% la juzga muy positiva”.

Es cierto que Sarkozy no hace más que emular a algunos ex colegas que encontraron la veta de las conferencias privadas para asegurarse el sustento: según este segundo artículo de la versión francesa del Huffington Post, el ex mandatario ingresó al “círculo de disertantes de lujo” que cobran cien mil dólares la charla, y del que forman parte Bill Clinton y Tony Blair entre otros. Dados estos antecedentes, ¿por qué encarnizarse justo con este otro galo famoso?

A decir verdad, Espectadores no pretende hacerlo. Como en otras ocasiones, indignan menos el chancho -incluso quienes le dan de comer- que la conducta de nuestra prensa siempre dispuesta a difundir verdades reveladas, sobre todo cuando quien las pronuncia huele a Primer Mundo y hace gala de un irresistible acento francés.