Mis lectores habituales recordarán que hace un tiempo, escribí una entrada exigiendo que la dirección de CUNY pida disculpas por permitir revueltas y alborotos estudiantiles. Pues bien, mis cartas han tenido el efecto deseado y van a endurecer las normas para regular las manifestaciones dentro del campus.
En los últimos meses, estas instituciones (Cooper Union y CUNY) se han visto literalmente invadidas por manifestaciones radicales por parte de alumnos que usaron tácticas que van mucho más allá de su derecho constitucional garantizado de asamblea pacífica y el derecho a pedir que el gobierno o las autoridades escuchen y si pueden, corrijan, sus agravios.
En la CUNY, por ejemplo, un grupo de alumnos insultaba y amenazaba al General Petraeus cuando intentó entrar al campus para dar unas clases.
Permítanme, señores lectores, reiterar uno de mis principios: Nunca pretenderé silenciar a nadie ni mucho menos cuestiono que los alumnos, al ser miembros de la comunidad universitaria, estén en perfecto derecho para criticar la presencia de Petraeus en el campus.
De hecho, debemos reconocer ahora mismo a los estudiantes valientes que se manifiestan contra todo tipo de injusticias. Aquí no vamos a criminalizar a los que protestan para mejorar las cosas y menos a quienes tienen la noble intención de intentar reducir las desigualdades.
Pero no existe ningún derecho a acosar con violencia y amenazas a ningún ser humano, sea cual sea su ideología política y máxime cuando la persona en cuestión NO es un cargo público sino un ciudadano privado. Cuando se trata de cargos públicos, mi nivel de exigencia es menos, pues el político debe ser un servidor del público y estar expuesto a todo tipo de críticas e insultos.
Tampoco voy a entrar en la trampa de ciertas derechas que dicen que siempre se debe ser “respetuoso” con las personas porque eso es sencillamente contraproducente. Cuando tienes a un tipo como Pío Moa en tu campus, haciendo apología del franquismo, solo cabe la acción directa contra él. Pero, ciudadanos comoo Petraeus jamás han justificado ninguna dictadura ni han formado parte de un sistema dictatorial.
Por otra parte, Cooper Union también ha tenido manifestaciones, especialmente contra el hecho de que van a empezar a cobrar las matrículas a los estudiantes y subir las tasas. Una vez más lo digo: Están en su derecho critiicar tales decisiones de las autoridades universitarias.
NO tienen ningún derecho a OKUPAR la oficina del Presidente universitario durante meses como hicieron.
Las instituciones académicas de la ciudad de Nueva York tienen un largo historial de ceder y ceder constantemente a los manifestantes, sin importar la seriedad de sus actos ni cómo interrumpen y revientan las clases en sesión o interrumpen la paz pública de otros alumnos que si bien comparten sus ideas, no comparten todas sus tácticas.
Nosotros, los jóvenes, estamos en lucha. Cada uno tiene un “plan” o “solución” para los problemas políticos pero solo pido más tolerancia de la izquierda ante los que NO comparten todas sus ideas.
En la nueva normativa que probablemente entrará en vigor próximamente, la universidad CUNY se reserva el derecho de, ¡por fin!, poder llamar a la policía si una amenaza inmediata a las personas o contra la propiedad privada.
Por su parte, Cooper Union intentará prohibir la “interrupción del flujo pacífico de peatones” y cualquier comportamiento que “perturbe la paz, el estudio académico o el sueño de los demás”.
Sin duda, han reaccionado a las cartas con demanda judicial que les había enviado, ya que hoy mismo recibí un fax con estas propuestas.
Estos límites me parecen de sentido común y ya era hora de que los aplicaran. También aportan una lección importante a los alumnos y manifestantes: sois libres para ejercer vuestros derechos a la libertad de expresión mientras no violéis los derechos de los que no están de acuerdo con vosotros.
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Otros asuntos:
Aunque al señor Jose María Aznar y los “ancaps” probablemente no les guste nada esto, el estado de NJ ayer, lunes, aprobó el inicio de una excelentísima propuesta legal para controlar a los individuos que hayan sido condenados por conducir alcoholizados.
De aprobarse la ley, tendrán que instalar un aparato en el coche que impediría encenderlo si se pasan de cierto nivel de alcohol en el aliento.
La propuesta legal ha sido aprobada con un voto de 7-0 por el Comité de la Asamblea Jurídica. Actualmente la ley estatal solo exige estos aparatos para multi-reincidentes o para aquellos que tengan un nivel de alcohol en la sangre que sea el doble del límite legal.
Los que apoyan este proyecto de ley tienen la intención de ser preventivos y también castigar el estílo de vida de aquellos repugnantes borrachos que deciden poner en peligro la vida de inocentes en las carreteras. Estas leyes ayudan a cambiar hábitos perniciosos, malas costumbres, limitando sus estílos de vida, y protege la vida de los demás. Bebe todo lo que te dé la gana, pero si vas a conducir, mejor véte a un monte y muérete tú solito (a mí desde luego no me importa) sin poner en peligro la vida de los demás inocentes que sí me interesa proteger.
Y por último, os tengo una EXCELENTÍSIMA NOTÍCIA:
FRACASÓ EL PROYECTO DE EUROVEGAS. Me alegro MUCHÍSIMO.
Sheldon Adelson: Me alegro que te vayas a invertir al Asia…pues allí la esclavitud no se prohíbe y los esclavistas como tú son bienvenidos.
Por una puñetera vez, el gobierno español hace algo correcto.