Aunque no lo parezca, en estos tiempos, las noticias que a uno le interesan no son tanto la prima de riesgo, la geopolítica de Oriente Medio o el nuevo caso de corrupción destapado a cientos de kilómetros de tu casa. Lo que a uno le interesa, lo que uno primero lee, es lo que ocurre al lado de su casa, en su municipio o dos municipios más allá.
Siempre defendí la necesidad, ahora que la tecnología lo permite, de que se impulsasen los medios digitales de proximidad porque los medios de comunicación tradicionales, por motivos obvios, no pueden dar espacio a todas las noticias. Cuando hace ya un tiempo apareció “La Voz del Bajo Nalón” me encantó, me puse muy contento de que alguien compartiese conmigo la necesidad de dotar de medios de información que, aunque modestos, nos acercasen las noticias de nuestro entorno de una manera directa y no solo que compartiese esa necesidad, sino que tuviese la valentía que otros, viendo esa carencia, no teníamos.
A lo largo de todo este tiempo pude leer y oír muchas críticas hacia ese medio digital (aunque siempre más los elogios), la mayoría de ellas a mi juicio injustas. Se le acusaba, sobre todo, de no poner con nombres y apellidos quién gestionaba la página y eso quizá es para mí el mayor valor, porque realmente es lo que la gente quería, una excusa, un nombre sobre el que cargar y acusar de partidismo o de amiguismo a unos u otros. El hombre es un lobo para el hombre.
Para mí siempre demostró respeto, compartiendo las noticias con su respectiva fuente y ayudándonos a estar más al tanto de nuestra comarca. Siempre hubo espacio para todos aquellos que quisieron participar y eso en los tiempos que corren no es cosa fácil. Desde las fiestas de toda la comarca, hasta los comunicados y opiniones de todo aquel partido político, asociación o colectivo que tenía algo que decir y quería compartirlo. En el caso de Izquierda Unida, donde milito, el trato que se nos dió siempre fue exquisito, haciéndose eco de todo lo que les hicimos llegar y consideraban que podía tener interés y haciéndose eco también de las réplicas que otros nos hacían. En ese sentido, no podemos sino agradecer el respeto mostrado y el buen trato recibido siempre.
Por desgracia, esta voz que era de todos, se apagará seguramente a finales de este mes, llevándose consigo ese pequeño espacio de internet que cada día nos recolectaba de manera desinteresada y con mimo todo lo que sucedía en nuestro entorno. Algunos se alegran, mejor relegar Pravia a un cuadrín esporádico en algún medio de índole autonómico a consentir un medio modesto donde todo el mundo tenía cabida.