
Ya comienza la primavera. Miles de grullas (Grus grus) se disponen a realizar su viaje hacia el norte mientras los insectos polinizadores buscan las flores más tempranas. En nuestro bosque-jardín, son las flores de nuestro sauce cabruno (Salix caprea) las más madrugadoras. Las abejas (Apis sp) y abejorros Bombus sp) zumban de flor en flor recolectando su polen como podemos apreciar en la fotografía donde vemos los "cestillos del polen" de una abeja a rebosar. No son las abejas los polinizadores más numerosos, sino que son los abejorros quienes están más activos durante las primeras fechas de la primavera, que son más frías. Quizá el hecho de que no producen miel haya hecho que no se les de la debida importancia. Es posiblemente la actividad de los abejorros la que nos facilita la mayor parte de nuestros frutos, y no la de las abejas. No obstante, tampoco son las abejas melíferas las únicas abejas que polinizan los cultivos.
No sólo el sauce cabruno está en flor, sino que los dientes de león (Taraxacum officinale) y las verónicas (Veronica persica), están ahora en plena floración. Abiertas durante el día y cerradas por la noche, protegiéndose de las heladas todavía presentes. Ya hace muchos días que las cornejas (Corvus corone) visitan el nido que adecuaran el año pasado a partir de uno de urraca y donde trajeron al mundo a dos polluelos. Son muy cautas las cornejas y no he podido captarlas muy bien con la cámara, ya que estamos trabajando todo el tiempo y sólo salgo de forma ocasional a probar suerte. Desde este nido pudieron ver en directo la tragedia que ocurrió en el nido de sus vecinas, las urracas, (Pica pica) cuando una hembra de gavilán (Accipiter nisus) o un macho de azor, (Accipiter gentilis) se llevó a uno de sus pollos. El ataque fue fugaz y como un relámpago, arrebatando al polluelo del interior de una falsa acacia (Robinia pseudoacacia) cuando estaba posado en una de sus ramas. Sólo pude ver la inconfundible cola barrada cuando salía del árbol con su presa graznando, sin dar tiempo a observar con mayor detenimiento. No pude precisar el autor con garantías, si bien el proceder es típico de azor. Las fechas indican que si fue el azor, el nido está en las proximidades y no se trata de bosques espesos, sino de árboles dispersos entre casas y campos de cultivo. Eso sí, las presas son abundantes.

