Revista Psicología

Se atrevió a vivir de verdad, para morir sin deudas mentales pendientes. Luzma.

Por Saval

Casi 100.000 visitas, 0 euros e incontables me gustas lo mejor del vídeo, lo que queda, es haber entablado contacto con gente alrededor del mundo. Gente que pregunta sobre sus inquietudes o que, simplemente, sin más, da las gracias. Y eso es bonito. Me ha hecho recordar mi época en el altiplano boliviano con cierta nostalgia. El mundo sería un lugar mejor con más #Gratitud. A continuación os dejo el texto para domingo de invitadxs de una de esas personas.

Al principio me preguntaba cómo podía haberme pasado esto… a mí, que de tan lista, a veces, soy gilipollas, que voy de buena por la vida y ahí que me arrean palos, esto es así, ponte una diana en la cara y encontrarás un sádico/a que quiera lanzar sus dardos sobre ti. Pues me pasó, no estaba preparada…y yo qué sabía de emociones ni de razones, si yo lo magnificaba todo, si tenía que entregar la luna, subía alto y si tenía que bajar, bajaba hasta el sumidero de las ardientes pasiones. Me cogió con el paso cambiado, con el no te enteras, estás en Babia y te chupo el cerebro, con el déjame que yo te enseño…y yo me dejé, me dejé mucho, casi que no me encuentro. No pude más…decidí cambiar mi vida. Hice lo que tuve que hacer.

Y ahora viene la otra parte, la de abre los ojos, la boca, el oído…la mente y entérate, TÚ DE SER ERES y apáñatelas sola. Aquí estoy, sin dinero, sin pareja, sin futuro cierto, recuperando y haciendo amigos… Acicalando mi vida.

San Sentido de la superación, cuánto te debo…

Qué bonito poder mirarte al espejo  y no sentir vergüenza. Qué dicha desear besar sin prisa o con prisa, sin biombos de por medio, sin que me lo digas tú… solo porque yo quiero, solo porque lo deseo, libre de presiones estúpidas y reproches maquiavélicos.  Qué me pellizquen, que ahora siento, pienso y actúo.

Y aquí voy, cuesta abajo y sin frenos, mentira… frenos sí tengo, ahora tengo voluntad. Voluntad para decir sí o no, para echarle un par de huevos a esta tortilla, que yo me la guiso y yo me la como. Porque ya no tengo miedo y si lo tengo, lo afronto, como se afrontan todas las cosas que te importan y sabes que van contigo.

Es mi vida, la única constatable conocida. Cuando la palme, si tengo a bien haberme pagado adosado en el hotel de los muertos, que en la lápida rece: Se atrevió a vivir de verdad, para morir sin deudas mentales pendientes.

 


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