Revista Salud y Bienestar
Se demuestra la relación entre artrosis y menopausia por la pérdida de estrógenos en la mujer
Por Fat
Destacados médicos y científicos de toda España participan estos días en el XII Congreso Nacional de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM) que se celebra en Madrid. En el marco de este encuentro, el Dr. Santos Castañeda, reumatólogo del Hospital Universitario de la Princesa, ha presentado la relación entre artrosis y menopausia, uno de los nuevos factores que pueden influir en el desarrollo de la artrosis. Según el Dr. Santos Castañeda “el estudio EPISER ya puso de manifiesto que la prevalencia de la artrosis experimenta un brusco aumento en mujeres de más de 45 años y ahora se ha visto que una de las causas puede ser el descenso del nivel de estrógenos debido a la llegada de la menopausia. Ya se está dando la situación de que es a los ginecólogos a quién les toca identificar los primeros síntomas de la enfermedad, dado que son pacientes que visitan habitualmente”.
Así, según el grupo de investigación del Dr. Santos Castañeda, en el que también se encuentra el Dr. Herrero Beaumont, “los estrógenos parecen jugar un importante papel condroprotector ya que regulan procesos celulares beneficiosos en el tejido articular y se ha demostrado la presencia de receptores de esta hormona en el cartílago, el hueso, la membrana sinovial, los ligamentos y el músculo”. En la menopausia se da una disminución en los niveles de estrógenos que provoca lesiones degenerativas en el cartílago y el hueso subcondral, condicionando así un estado pre artrósico en la mujer. El Dr. Santos Castañeda explica que “este tipo de artrosis se desarrolla en los primeros años de la menopausia y es un síndrome distinto con claras diferencias tanto de la artrosis genética como de la relacionada con el envejecimiento”.
La publicación realizada por este mismo grupo de trabajo va en la línea de quizás proponer que “la artrosis primaria debería ser clasificada en tres subgrupos claramente diferenciados: la artrosis tipo 1 determinada por la genética, la tipo 2 dependiente de los estrógenos y la tipo 3 relacionada con la edad”. Dicha propuesta podría permitir nuevos y más precisos enfoques terapéuticos para cada subgrupo de pacientes. Esta nueva clasificación se encuentra en fase de discusión en la comunidad científica internacional.
En esta ponencia también se han expuesto las medidas no farmacológicas y farmacológicas para tratar a estas pacientes artrósicas. Se ha realizado una revisión exhaustiva, por parte de reumatólogos y médicos de primaria, sobre los fármacos SYSADOA (Slow Acting Drug for OsteoAarthritis) como el condroitín sulfato y el sulfato de glucosamina en los que se confirma su eficacia y seguridad a nivel sintomática y el apoyo de las guías nacionales e internacionales de las sociedades científicas implicadas en la artrosis. También se ha comentado la posibilidad de que estos fármacos puedan influir en el curso de la enfermedad.
Así, según el grupo de investigación del Dr. Santos Castañeda, en el que también se encuentra el Dr. Herrero Beaumont, “los estrógenos parecen jugar un importante papel condroprotector ya que regulan procesos celulares beneficiosos en el tejido articular y se ha demostrado la presencia de receptores de esta hormona en el cartílago, el hueso, la membrana sinovial, los ligamentos y el músculo”. En la menopausia se da una disminución en los niveles de estrógenos que provoca lesiones degenerativas en el cartílago y el hueso subcondral, condicionando así un estado pre artrósico en la mujer. El Dr. Santos Castañeda explica que “este tipo de artrosis se desarrolla en los primeros años de la menopausia y es un síndrome distinto con claras diferencias tanto de la artrosis genética como de la relacionada con el envejecimiento”.
La publicación realizada por este mismo grupo de trabajo va en la línea de quizás proponer que “la artrosis primaria debería ser clasificada en tres subgrupos claramente diferenciados: la artrosis tipo 1 determinada por la genética, la tipo 2 dependiente de los estrógenos y la tipo 3 relacionada con la edad”. Dicha propuesta podría permitir nuevos y más precisos enfoques terapéuticos para cada subgrupo de pacientes. Esta nueva clasificación se encuentra en fase de discusión en la comunidad científica internacional.
En esta ponencia también se han expuesto las medidas no farmacológicas y farmacológicas para tratar a estas pacientes artrósicas. Se ha realizado una revisión exhaustiva, por parte de reumatólogos y médicos de primaria, sobre los fármacos SYSADOA (Slow Acting Drug for OsteoAarthritis) como el condroitín sulfato y el sulfato de glucosamina en los que se confirma su eficacia y seguridad a nivel sintomática y el apoyo de las guías nacionales e internacionales de las sociedades científicas implicadas en la artrosis. También se ha comentado la posibilidad de que estos fármacos puedan influir en el curso de la enfermedad.
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