Se fué Pepe Ariza, sindicalista comunista.

Acabo de conocer que ha fallecido Pepe Ariza, sindicalista de CCOO, de los de toda la vida. Me ha apenado mucho esta luctuosa noticia y quiero homenajearle desde aquí con unas palabras e ideas. Por eso, he hecho un paréntesis en mi trabajo y me he puesto a escribir esto. Lamentablemente el responso social por su fallecimiento ya ha debido de celebrarse este mediodía, al que me hubiera gustado asistir.

Pepe Ariza, Sindicalista.

Pepe Ariza era un buen sindicalista, peleón, guerrillero y fiel a su concepto de sindicato. Tal vez un pelín chapado a la antigua, pero defensor del sindicalismo que negocia y que pelea, frente a esos que trabajan por un sindicato de servicios, como si fuera una vulgar empresa que mercadea con los afiliados. Pepe era un militante, y eso también es un rango superior, en tiempos en los que el afiliado manda más que el militante sindical. Pepe fue un asalariado del sindicato que se ganaba su sueldo creyendo, sintiendo los colores y eso también le dignifica.

No conseguimos estar de acuerdo siempre, de hecho, recuerdo algunas discusiones complejas, duras, agrias, con él. Defendía con pasión lo que creía y entre dos apasionados del debate saltaron alguna que otra chispa. Pero reconozco sin ninguna duda su valía y capacidad. Incluso en las distancias más grandes siempre le respete, muchísimo más que a otros con lo que él podía o solía compartir algunas ideas. Él era de los buenos, equivocado o no, otros no tanto. Ha sido un sindicalista honesto.

Pepe algunas veces no fue bien tratado por CCOO, bueno por algunos de los dirigentillos que dirigen CCOO en Euskadi. De hecho, tuvo más trabas que empujes para conseguir su ansiado y ganado a pulso, contrato de relevo. Sin embargo, el siempre, en lo esencial se conformó. En el fondo era de los que decían amén a las decisiones de la dirección del sindicato, pero lo hacía sabiendo de que iba todo esto, y lo hacía sabiendo que sin disciplina consciente es difícil avanzar.

Ya sé que lo del maoísmo de su años mozos (EMK) con la edad se le había pasado pero de vez en cuando hacía sus guiños a su pasado y con esos nos chirriaban las conversaciones, entre sus orígenes y los míos (leninista pro soviético). Compartíamos militancia en Ezker Batua, pero como no podía ser de otra manera, el en una orilla y yo en la otra. Pero éramos de los que nos contábamos confidencias. Alguna vez discutimos sobre quien era más rojo. “Da igual, Pepe, los dos somos rojos, y por cierto, cada vez somos menos”. Habrá que remediarlo.

Nunca olvidaré una actuación “revolucionaria” que tuvimos que realizar por la noche en la huelga del 2002 contra el decretazo de Aznar que abarataba el despido. Nos la jugamos pero merecía la pena, teníamos que responder a una agresión de la que habíamos sido objeto, y varios sindicalistas que estábamos en CCOO por entonces Pepe, Jorge, Juanan y yo actuamos poniendo las cosas en su sitio. Y hasta aquí puedo leer… Pero no lo olvido y seguro que Pepe, tampoco lo había olvidado.

En fin, en mi nombre, en nombre de Ana y de los compañeros que fuímos maltratados por CCOO queremos trasmitira a la familia de Pepe, que sepan que aunque ya no estamos en Comisiones Obreras, somos de los que apreciabamos mucho a Pepe. Como debe ser, cuando  un comunista se nos va, le cantamos la internacional. Hasta siempre Pepe.