López Simón recibiendo de rodillas al tercero de la tarde. Foto: López-Matito/Burladero.com
Corrida con muchos matices la de esta tarde en Sevilla. Ricardo Gallardo manda una corrida terciada, excepto el primero de la tarde, que al menos parecía más un toro de plaza de primera. El juego ya fue otra cosa y no lo decimos en plan peyorativo, sino que hay que matizar algunas cuestiones.
Quizás esta tarde quedó bien claro el por qué las figuras no quieren Fuente Ymbro. Los toros primero, segundo, tercero y sexto tenían mucho que torear y presentaron las dificultades propias de la casta. El cuarto y quinto se parecieron más bien a los toros a modo de hoy, o sea exceso de nobleza y dóciles en demasía.
Destacó sobre todos ellos el tercero, que en la muleta requería un torero con arte y poder y encontró solo ganas y mucho pundonor, que no es poco.
En el debe de este hierro señalar que prácticamente en todos los astados la suerte de varas fue simulada o sencillamente el piquero se limitó a sujetar al toro que casi siempre fue muy mal puesto en la suerte.
CURRO DÍAZ en su primero, que requería ser sometido con la muleta baja y plantado en el albero se empeñaba en poner la pañosa a media altura y hubo medios pases, enganches y otros, los menos un poco mejores.
En el cuarto que era flojo, de embestida suave y sin transmisión no supo poner en el envite aquello que le faltaba a su enemigo y así su labor pasó sin pena ni gloria.
DAVID MORA, al segundo de la tarde, que era una autentica sardina con pitones, intercaló muletazos buenos cuando bajaba algo la mano con otros enganchados y sacando la muleta por alto. En el quinto pasa desapercibido ante un toro terciado que llega suave y noblón a la muleta al estilo de hoy, Sin emoción no hay toreo.
A LÓPEZ SIMÓN le cae en suerte el tercero, el mejor del encierro, al que recibe en la muleta con una tanda rodilla en tierra que al menos ayudó para calentar el ambiente. Sigue toreando con la derecha y obtiene muletazos estimables con otros que carecían de ajuste por no cargar la suerte. En conjunto la faena fue buena, aunque le falta a este joven torero ese mando y capacidad suficiente para afrontar el reto del toro encastado y repetidor. Torea erguida la figura y ese encorsetamiento quizás le reste estética y salida adecuada al toro para rematar bien los pases.
El sexto que fue el más problemático del encierro y que tenía autentico peligro por el pitón derecho, basa su faena en la mano izquierda, pero prevalece la entrega y el pundonor, hasta que incluso es volteado varias veces afortunadamente sin consecuencia.
Este valor emergente, como gusta llamar hoy en día a estos jóvenes aspirantes a figuras, tiene valor y arte para con el tiempo llegar más lejos.
En definitiva, cuando hay movilidad, casta y problemas no hay orejas.
Unión Taurina de Abonados y Aficionados de Sevilla