Un nuevo estudio ha dejado evidencia de que los accidentes domésticos durante la infancia se han incrementado en los últimos años. Las cifras indican por ejemplo que en los Estados Unidos cada cuatro años llega a las urgencias de los hospitales un caso en de accidente en menores de tres años, en la mayoría de los casos por lesiones asociadas a los productos infantiles para absorver como biberones, chupetes o tazas de entrenamiento, mientras que los incidentes con niños de 2 a 5 años suelen ser por tragarse elementos extraños, como baterías.
Los nuevos informes que se publicaron en la Academia Estadounidense de Pediatría con sede en Chicago, han indicado que este tipo de accidentes frecuentes suponen un promedio de atención de urgencias de unos 2.270 casos a lo largo del año por productos por absorver, y 289 casos en los que los niños ingieren baterías. En la mayoría de los casos los daños por biberones o productos de uso infantil se dan al caerse esos elementos, generando heridas o contusiones en la boca y en la cara, las que pueden llegar a ser heridas muy graves en algunos casos. El 65,8% de los casos tuvo que ver con biberones, el 19.9% con chupetes y el 14.3% con vasos entrenadores para niños.
El estudio estuvo a cargo de Sarah A. Keim, del Instituto de Investigaciones del Hospital Nacional de Niños de Ohio y ha recibido el nombre de “Lesiones asociadas con biberones, chupones y tazas de entrenamiento en Estados Unidos, 1991-2010″, con datos extraídos del Sistema Nacional de Vigilancia Electrónica de Lesiones de todos los niños que son atendidos en un servicio de urgencias. Se observó que dos tercios de las lesiones las sufrieron niños menores a un año de edad, que son mucho más propensos a tener caídas, por lo que pueden lastimarse con estos productos de suministro de alimentación. El 4,4% de los casos tuvo que ver con el mal funcionamiento de los productos.
Los especialistas han indicado que las cifras son demasiado elevadas, por eso se recomienda que los niños no hagan uso de estos productos más allá de las edades previstas, y que mientras las usen sean supervisados, tanto cuando se trate de un biberón como en el caso que aprendan a usar las tazas de transición alrededor del año de edad. En cuanto al otro foco de preocupación, urgencias por casos de niños que ingirieron baterías, el estudio se realizó en base a datos analizados entre 1990 y 2009, por un grupo de investigadores del Hospital Nacional de Niños, en Columbus, Ohio.
La investigación analizó las causas de cada caso que requirió asistencia médica, teniendo en cuenta todo el proceso de ingestión desde la colocación en la boca, además de la inserción de cuerpos extraños en otros orificios como el canal auditivo o la cavidad nasal, teniendo en cuenta que los casos se vinculan a las baterías de tamaño pequeño con forma de monedas, las que se encuentran en gran cantidad de productos como juegos electrónicos, relojes, controles remotos y otros elementos a los que los niños tienen acceso. Las pilas botón son pequeñas, redondas y brillantes, sumamente atractivas para los pequeños, y son sumamente peligrosas si se ingieren dado que por su tamaño se puede alojar muy fácilmente en el esófago generando lesiones graves, pudiendo inclusive ser fatal.
Vía | El Financiero
Foto | nerissa’s ring de Flickr
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Se incrementan visitas a urgencias con bebés por accidentes domésticos