Ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus)
El día 25 de septiembre fue cuando apareció el joven flamenco en Colindres y a mediodía me acerqué para ver cómo le iba con la subida de la marea.
Zarapito real (Numenius arquata)
Marea viva y poco lugares para posarse.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
El flamenco se encontraba junto al paseo, descansando.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
Ojo avizor.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
La marea sube...
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
Ya se está mojando la tripita...
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
Así no hay quien descanse...
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
Ya tiene incluso que nadar.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
-Lo siento, te estaba cogiendo cariño... pero esto no es para mí.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
¡¡Agur!!
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
Voló al campo de fútbol que se encuentra junto al paseo y al que acuden muchas gaviotas a descansar durante las pleamares.
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
Por la tarde apareció en la charca de Gandarias, en Cicero, y al día siguiente, si no estoy equivocado, se le vio por Ajo.
Probablemente este joven aventurero sea de la Camarga francesa y esté tan despistado como los otros tres ejemplares que aparecieron no hace demasiado por la costa cántabra. Sólo necesita tener un poco de fortuna y sobrevivir hasta que se crucen en su camino otros flamencos... o quizá sea capaz de encontrar por sus propios medios alguna salina (es lo bueno que tiene saber volar) donde viven habitualmente alimentándose de los pequeños crustáceos que de adultos les dan su precioso tono rosáceo.