Revista Cine
Whiplash: Música y Obsesión (Whiplash, EU, 2014), de Damien Chazelle. Para acabar pronto, mi cinta favorita del 2014, como lo apunté por acá, en mi top-14 del 2014. Mi crítica, en el Primera Fila de Reforma del viernes pasado.
Annie (Ídem, EU, 2014), de Will Gluck. Un desastre esta nueva versión del musical setentero. Esos que tanto jodieron (injustamente) a John Huston por su cinta ochentera, deberían ver en loop infinito esta basura del 2014. Mi crítica, en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.
Ilo Ilo (Ídem, Singapur, 2013), de Anthony Chen. Una de las mejores operas primas que vi el año pasado. Mi crítica, in extenso, por acá.
Érase una Vez Yo, Verónica (Era uma Vez Eu, Veronica, Brasil-Francia, 2012), de Marcelo Gomes. Exhibida hace tiempo en algún Foro de la Cineteca, ha vuelto en modesto estreno "cultural" el tercer largometraje de Gomes. Mi crítica, por acá.
Pasión: un Asesinato Perfecto (Passion, Alemania-Francia, 2012), de Brian De Palma. Aunque se trata de un remake de Crime d'Amour (Corneau, 2010), en realidad el más reciente thriller de De Palma parece un greatest-hits de su propio cine de los años 80. Un ejercicio muy menor que se sale de madre hacia el final pero, aún así, compulsivamente palomero. Mi crítica en el Primera Fila de Reforma del viernes pasado.
Despertar el Polvo (México, 2012), de Hari Sama. Meritorio thriller urbano de Sama del cual ya escribí largo y tendido por acá.
Entre Sombras (México, 2012), de Tony Wakefield. Con varios años de retraso se estrena finalmente esta curiosidad, que se mueve entre el melodrama y el thriller sobrenatural. El arquitecto Eric (el ubicuo Rául Méndez) se enamora de la diseñadora Marisol (Patricia Garza), con quien termina casándose. La muchacha tiene una extraña cicatriz en el tórax que señala un secreto familiar desconocido incluso para ella. Cuando Marisol espere su primer hijo, un accidente provocará un cambio radical en la, hasta ese momento, apacible vida matrimonial de ella y Eric.La estructura narrativa del filme -el guión es del mismo cineasta debutante Wakefield- es fragmentaria y retrospectiva: Eric, en el presente, viaja por la carretera del sur del país, mientras los recuerdos lo acorralan. En el camino, se encuentra con un misterioso hombre (Salvador Sánchez) que se dice "especialista en viajes", lo que nos remite de inmediato a una fórmula sobrenatural, con todo y vuelta de tuerca sorpresiva al estilo Shyamalan (El Sexto Sentido, 1999). La película está competentemente realizada -cámara de Juan José Saravia, edición de Jorge García-, aunque la historia escrita por el director Wakefield deja huecos regados por doquier, la película no es inmune a los clichés romanticoides -beso bajo la lluvia incluido- y el desenlace, más que sorpresivo, resulta más bien abrupto. De todas formas, aguanta el palomazo de fin de semana.