Revista Cine

Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXXVII

Publicado el 16 abril 2012 por Diezmartinez

Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXXVII

Sin Rastro Alguno (San Laisser de Traces, Francias, 2010), de Grégoire Vigneron. Estamos ante un sólido thriller hitchcockiano bien ejecutado que inicia como cuento moral para terminar sin moraleja discernible alguna,  a no ser que vivimos en un precario orden que puede derrumbarse en cualquier momento. Benoît Magimel es Étienne Meunier, un todavía joven ejecutivo a punto de tomar la dirección de una enorme compañía multinacional de detergentes. Magimel logra algo interesante: a pesar de que muy pronto descubrimos que Étienne es un arribista traicionero, ambicioso y que, además, ha dado el “braguetazo”  -se casó con la guapísima hija (Julie Gayet) del presidente de la compañía-, no deja de preocuparnos lo que le sucede. Étienne se encuentra casualmente con un fracasado amigo de la infancia, Patrick Chambon (Francois-Xavier Demaison), a quien, inexplicablemente, el exitoso Étienne le cuenta su gran secreto: la forma en la que logró escalar todos los puestos ejecutivos fue a través del robo de una fórmula para un quitamanchas que, a la postre, ha sido el gran producto de la compañía que está a punto de dirigir. Por supuesto, no es la mejor idea tener ataques de conciencia con alguien que no has visto en mucho tiempo. Y menos aún cuando piensas que esos arranques de sinceridad pueden costarte todo lo que has ganado en la vida: dinero, posición, esposa elegante y sofisticada… El thriller hitchcockiano avanza con efectividad, con ecos inocultables de la obra maestra Extraños en el Tren (Hitchcock, 1951), sin mucho sentido del humor pero sí con una ambigüedad moral que, la verdad, no me la esperaba.  La Noche de las Flores (México, 2011),  de Adrián Burns. Sobre un guión original escrito en los años 70 por Archibaldo Burns, el fallecido padre del cineasta -quien quería a Dolores del Río o María Félix en el papel protagónico-, Burns hijo nos entrega una solemne y sobredialogada historia de amor lésbico entre madrastra (Diana Bracho) e hijastra (Jimena Guerra en el que papel que, se supone, debería haber hecho Diana Bracho en los años 70s) con papá/marido bulto (Fernando Becerril) enmedio. Inenarrables los ridículos sueños/pesadillas que tienen los personajes. La padecí en Guadalajara 2012 hace unas semanas. Sorprende que haya encontrado exhibición tan rápido. Chamaco (México-EU, 2008), de Miguel Necoechea. La opera prima del veterano productor Necoechea fue presentada sin pena ni gloria en Morelia 2009 y, hasta donde entiendo, no se había estrenado oficialmente en nuestro país -aunque el filme está disponible en DVD gringo desde hace rato, habría que decir.  Se trata de un melodrama deportivo y de crecimiento juvenil que tiene sus virtudes -un buen reparto, eficaz cámara de Guillermo Granillo- y un gran problema: la honestidad melodramática de su primera parte no se sostiene hacia el desenlace, cuando el filme termina naufragando en un tremendismo innecesario y gratuito. En la Ciudad de México, un médico gringo y buen samaritano (Martin Sheen practicando muy bien su español) recibe la visita de su hijo (el coguionista Kirk Harris), un boxeador profesional fracasado, que se convierte en entrenador de un luchón jovencito llamado Abner (Álex Perea), que sueña con ser campeón. Abner tiene complicaciones de todo tipo: un papá abusador (Gustavo Sánchez Parra), una hermana prostituta (guapa Danny Perea) y una novia (Sofía Espinoza) que vende tachas en la calle y es extorsionada por un policía (Raúl Méndez).  Parece escenario jodidista ripsteniano, pero Necoechea logra mantener todas estas vicisitudes a flote... hasta el final, en el que la gratuidad, decía, termina con todas las buenas intenciones. De todas formas, la película no merecía un estreno con más de dos años de retraso.  Días de Gracia (México, 2011), de Everardo Gout. La opera prima de Everardo Gout es un intenso thriller policial cuyo mayor problema es la sobre-dirección de Gout. De todas formas, un debut interesante que merece buena suerte en taquilla por su muy segura ejecución y su reparto intachable. Mi crítica en el Primera Fila del viernes pasado de Reforma

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