Una de las cosas que más me han llamado la atención en los últimos días ha sido la reacción escandalizada de no pocos sectores de la sociedad occidental ante las declaraciones vulgares de Donald Trump sobre las mujeres. ¿Quién diría que ese tipo de palabras todavía ofendían? Y más aún, peor ha sido la cantidad de hombres hipócritas que han salido diciendo “eso no es charla de vestuario”. Nooo, qué va…supongo que en los vestuarios esos falsos hablan de Jesucristo y la Salvación.
Luego ha salido la “Primera Dama” de EEUU – Michelle Obama – una mujer que durante ocho años ha transformado la Casa Blanca en una suerte de teatro vulgar (¿para qué poner música de Mozart cuando puedes invitar a Kanye West??) y dijo estar muy ofendida personalmente por las palabras de Donald Trump. “No me puedo creer que estamos hablando de un candidato a la presidencia de EEUU que se jacte de violar a las mujeres”, pronunció con cara de llorar. Continuaba con el drama: “Esto no fue solo una conversación sucia. No fue solo charla de vestuario. Esto fue un individuo poderoso hablando libremente y abiertamente sobre comportamientos depredadores y utilizando lenguaje tan obsceno que muchos de nosotros estábamos preocupados de que nuestros niños lo escuchen en la tele”. Ayy sí, siempre “los niños”. Siempre el mismo argumento absurdo…como si los niños de hoy en día no tuvieran la boca más sucia que una alcantarilla de Nueva York. Michelle sabe perfectamente que sus hijas ya han oído cosas así y mucho peores: solo basta con escuchar música hip hop o encender la tele…se dicen cosas que hasta Donald Trump creo estaría escandalizado.
Para proteger a sus niñas tendría que encerrarlas en la segunda planta de la Casa Blanca…en la sección reservada para la familia, lejos de los artistas de Hollywood que ella y su marido han invitado y entretenido en esa misma casa. Algunos de los raperos que han visitado allí en una casa una vez ocupada por héroes de verdad como Lincoln o Adams o Roosevelt, escriben “canciones” sobre sus “putas que queremos follar”, la excitación que les da matar a los policías y desean las peores cosas para los Estados Unidos de América.
No solo el comportamiento vulgar tiene su sitio en la Casa Blanca de Obama, sino que Barack Obama ha otorgado premios a esos mismos artistas tan inmorales y pro-violencia. Debe ser que igual debo dejarme convencer por las palabras de LeBron James de los Cleveland Cavaliers que en los vestuarios no se habla como Donald Trump. En los vestuarios del NBA me imagino que solo se pueden pronunciar palabras de sabiduría erudita y filosofía tras largos periodos de silencio y reflexión…mientras los demás leen su Biblia en contemplación pausada y pacífica.
LeBron James dijo que Donald Trump solo habla “basura vulgar”. La distinción es importante, según él, aunque no dijo en qué se diferenciaba. “No le faltamos al respeto a las mujeres en el vestuario de ninguna manera”, dijo. Supongo que eso será un consuelo a los hijos de esos jugadores…que tienen hijos a veces de hasta 9 madres distintas. Los “papis” tienen que jugar tanto y luego trabajar para pagar las lecciones morales y religiosas de sus hijos que no tienen tiempo para hablar de cosas vulgares.
O igual a Michelle Obama le preocupa más las palabras vulgares que el CONSUMO DE MARIJUANA DE SU HIJA Malia.
Michelle, por supuesto, no es responsable de lo que haga su marido cuando ella no esté presente para controlarle como tampoco Hillary puede controlar la cremallera de Bill Clinton ante sus becarias. Pero Hillary sí es responsable de provocar que no pocas mujeres quisieran suicidarse ante sus amenazas, todas víctimas del comportamiento abusivo de Bill Clinton, uno de los depredadores sexuales más notorios que ha tenido la Casa Blanca en toda su historia.
Lo cierto es que la inmoralidad SIEMPRE es mala – sea de Donald Trump o de los amigos de Michelle Obama.