En un intento por acortar la brecha entre el final de los vuelos del transbordador y las naves espaciales que actúen de reemplazo, el senador republicano por Texas ha presentado un proyecto de ley que extendería la vida útil del transbordador dos años más. El proyecto de ley contradice directamente la política espacial de la Casa Blanca, que favorece un rápido desmantelamiento del transbordador, junto con un énfasis en el sector privado para mantener el apoyo a la Estación Espacial Internacional (ISS).
El proyecto de ley tiene un costo de 1300 millones de dólares más que el plan de 19.000 millones dólares de Obama, y también pide que cualquier vehículo de sustitución tenga la misma capacidad de carga y de tripulantes que el transbordador actual.
Lamentablemente, hay quienes consideran que ambas propuestas fallan en comprender algunas de las realidades fundamentales en el programa espacial de los Estados Unidos.
Según Scott Pace, director del Instituto de Política Espacial, el plan de Hutchison es realmente imposible, ya que la infraestructura industrial para apoyar el tranbordador más allá de un año ya no existe. Además, solicitar una capacidad de carga y tripulación en el vehículo de sustitución, como el proyecto de ley tiene, en realidad impediría el regreso de los vuelos espaciales tripulados, ya que ningún organismo o empresa está interesada en producir una nave tan grande.
Sin embargo, Pace también cree que el plan de la Casa Blanca, falla en su énfasis en el sector privado y el desarrollo tecnológico como un reemplazo para el servicio de acceso a la ISS pone supone una apuesta de alto riesgo sobre el futuro de los vuelos espaciales tripulados en empresas de alto riesgo.
Pace dijo, "Creo que la gente de buena voluntad están tratando de encontrar un camino a avanzar, pero no existen muchas buenas opciones."
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