Si tienes hijos, esta pregunta se presentará tarde o temprano: ¿como puedes compartir lo que has aprendido del minimalismo?
Lo has adoptado como tu filosofía de vida. Has decidido vivir con menos, sacar todos estos trastos que no utilizas nunca de tu casa y enfocarte en lo que realmente añade valor a tu día a día. Sientes los beneficios de tener más espacio, menos estrés, más orden y una vida más ligera. Y quieres pasar este aprendizaje a tus hijos. Pero ¿cómo le puedes enseñar el minimalismo a tus hijos?
Tu ejemplo es el mejor maestro
Los niños aprenden por imitación. Es así de fácil y así de difícil. Tu ejemplo será la mejor herramienta para explicar los valores del minimalismo. Y tu ejemplo también puede destruir cualquier explicación que no está alineado con tus teorías.
Si quieres enseñar a tu hija los beneficios de la lectura, lee con ella y asegúrate de que siempre haya libros disponibles. Si quieres que tu hijo compre con conciencia, haz hincapié en tus propias razones por comprar ciertos productos y evitar otros. Si quieres que tus hijos se desprenden de aquellas cosas que no utilizan, deshazte tú de lo que ya no sirve para ti.
Mientras son pequeños puedes convertir las herramientas del minimalismo en juegos y competiciones. Más adelante puedes apoyar la practica con lecturas, videos, podcasts que tratan del tema. Aún así: el ingrediente más importante son tus actos.
Que hacer si tu pareja no es tan minimalista
Quizás tu pareja no se siente atraído por un estilo de vida minimalista. Mientras tu armario alberga tan solo 33 prendas, el suyo está lleno con todo tipo de vestimenta. Mientras tu haces un esfuerzo para reducir vuestras pertenencias, a tu pareja no le importa que el trastero está lleno de cosas innecesarias.
Tus hijos verán los dos ejemplos y decidirán por si mismos cuál de las formas de vivir les atrae más. Puedes enseñarles las ventajas de invertir en experiencias en vez de objetos, puedes ayudarles a reorganizar su habitación. Pero no puedes forzarlo ni obligarlo.
No les enseñes el minimalismo, vívelo. Enséñales las opciones que existen y apóyales para que tomen sus propias decisiones.