Revista Diario
Hoy me gustaría contaros una situación que viví hace ya algún tiempo en un autobús urbano en Madrid...
El autobús iba repleto, con todos los asientos ocupados, cuando un matrimonio de personas mayores (a mi parecer pasaban de los 80 años) se sube. Ninguno de los dos parecía tener un buen estado de salud y ambos tenían dificultades para caminar. Pero no había asientos libres.
De forma casi instantánea, una mujer de unos 60 años se levanta y le cede su sitio a una de las dos personas mayores. Seguía faltando un sitio para el otro miembro de la pareja. Fue entonces cuando la mujer que os digo señala a una chica extranjera embarazada sentada en uno de esos asientos reservados para personas con movilidad reducida, embarazadas o personas mayores. Su expresión fue: "¡Oye tú, venga, levántate y deja el asiento a esta persona mayor!". La chica, la miró extrañada y le dijo que ella estaba embarazada y que necesitaba el asiento. A partir de ahí ambas se enzarzaron en una discusión que parecía no tener final.
Entre medias, la señora comenzó su discurso de forma airada: "La gente joven no tiene respeto por las personas mayores. A mi me enseñaron desde muy pequeña que hay que respetar a las personas mayores, tratarlas de usted, ayudarlas y dejarle el asiento en el autobús".
Yo observaba la escena sin decir ni pío (de lo que ahora me arrepiento). En mi cabeza- y seguro que en la de muchas otras de los allí presentes- retumbaban las palabras que estaba oyendo. ¿Se puede hablar de respeto faltando al respeto? No me podía creer lo que estaba oyendo.
Me gustaría compartir con vosotr@s algunas reflexiones sobre esta situación:
1. ¿Sólo respetamos a las personas mayores?
La forma en la que hablaba esta persona, dirigiéndose a la chica embarazada, me hizo pensar en que no sólo debemos respetar a las personas mayores. Creo que esta es una idea anticuada y pasada de moda: el respeto se lo debemos a cualquier persona, niños, jóvenes, adultos y mayores. Es independiente de la edad, raza o ideario. Toda persona es merecedora de respeto.
2. ¿El respeto es tratar de usted y ceder el asiento?
El hecho de tratar de usted a otra persona, o de cederle el asiento en el autobús, son ideas anticuadas de formas de tratar con respeto. Actualmente, el respeto es mucho más. Es tratar con dignidad, igualdad y aceptación de la individualidad de todas las personas.
3. No sólo la edad nos hace merecedores de respeto.
Como he dicho, creo que la idea de respetar a las personas mayores por el simple hecho de serlo, está anticuada. El simple hecho de ser personas nos hace merecedoras de respeto, concebido como una forma de inclusión social y trato digno.
El trato digno hacia las personas mayores, como hacia cualquier persona, pasa por el uso de un lenguaje adecuado, la inclusión social, la aceptación de las diferencias y el respeto al a dignidad. Las expresiones maleducadas y faltonas son una forma de maltrato, se tenga la edad que se tenga.