Written by valedeoro // 08/10/2012 // productividad // 1 Comment
Eres consciente de que estás haciendo demasiadas cosas. Tu agenda se desborda, tus prioridades se vuelven borrosas y pierdes el enfoque más rápido de lo que te cuesta leer esta frase. Sabes que deberías priorizar, algo que se dice fácilmente mientras el número de opciones paraliza tu mente y te deja con una frustración latente. Si tan solo supieras por dónde empezar.
Un anclaje para el cerebro: priorizando de dos en dos
Tener demasiadas opciones resulta estresante. Tu cerebro no es capaz de comparar tantas opciones al mismo tiempo y acaba bloqueandose. Como parece imposible hacer la elección perfecta, prefieres no hacer nada. O haces una selección al azar con la extraña sensación de que quizás no has tomado la decisión correcta. La buena noticia: existe una técnica que te permite reducir este caos a una simple comparación de dos en dos. Acabarás con una jerarquía muy clara y por consecuente sabrás por dónde empezar (gracias a Tim Brownson de A Daring Adventure por enseñarme esta técnica).
La lista de las indecisiones: ¿qué opciones hay?
Supongamos que quiero priorizar las ideas de la lista de mis sueños para decidir a qué le voy a dedicar mi energía esta tarde. De la misma forma puedes utilizar esta herramienta para priorizar listas de tareas, lugares para ir de vacaciones, opciones del sábado por la noche o incluso las tiendas que quieres visitar.
Mi pregunta es: ¿qué opciones de la lista de mis sueños haré el próximo fin de semana? Solo voy a incluir las opciones que puedo realizar en un día y las incluiré en la siguiente plantilla. El siguiente paso es comparar opción con opción y centrarme en decidir cuál de las dos me gustaría más para este fin de semana en concreto.¿A o B? ¿A o C? ¿A o D? Comparando una opción a la vez.
¿Prefiero ir a un karaoke, o visitar el cementerio? En este momento me apetece algo más tranquilo, así que prefiero el funeral, marcando la casilla “2”.
¿Prefiero ir a un karaoke o comer sola? Prefiero ir a comer sola, así que marco la casilla “3”. ¿Quiero ir al karaoke o a la ópera? Puesto que no hay nada que me apetezca en el programa actual, prefiero ir al karaoke, marcando la casilla “1”.
¿Me voy al karaoke o al casino? Prefiero ir al casino con amigos, así que marco la “1” para el karaoke.
Con la misma lógica ahora voy a ir marcando mis preferencias, siempre comparando una actividad con la otra. Se puede observar que en el segundo paso ya no tendré que comparar nada con la opción del karaoke, porque esto ya lo he hecho. Así que al final del ejercicio, la plantilla quedó de la siguiente manera:
Ahora tan solo hace falta contar cuántas veces he marcado cada número.Ir al karaoke: 1 vez
Cementerio: 3 veces (dos veces en la propia linea, y una vez en la linea de arriba)
Restaurante: 3 veces
Película: 1 vez
Póker: 2 veces
Veo que el cementerio y el restaurante han conseguido el mismo número de votos. Y como es mucho más fácil elegir entre dos que entre cinco, me quedo con la idea del cementerio para recordarme del por qué es tan importante disfrutar cada momento.
¿Qué opciones tienes?
Saber priorizar tus actividades, proyectos o tareas puede ser un reto en sí. Al comparar cada opción con cada opción por separado reduces la complejidad y te das permiso para contemplar cada opción a partir de su propio valor. Muchas veces el resultado te sorprenderá.