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Se va a acabar…

Publicado el 19 octubre 2011 por Marianofusco

Se va a acabar…

No pudimos, o no pudieron, más precisamente. Ésta vez se escapó. Pero como tituló la revista un Caño de éste mes: “Se va a acabar“.

Julio Humberto Grondona fue reelecto por octava vez consecutiva en las elecciones más convulsionadas de la historia de la AFA. No porque haya sido un comicio con dos candidatos que se robaron un voto o pelearon hasta el final, ni mucho menos. De hecho, el vicepresidente de la FIFA triunfó con un categórico 46 a 0. Todos los clubes, menos Independiente, Vélez y Atlético Rafaela (que no pudieron ingresar), levantaron la mano a favor de Grondona. Curiosa la actitud de Roberto Bugallo (All Boys) quien hizo campaña junto a Fernando Raffaini, cuando todavía se barajaba un frente opositor, pero finalmente terminó dando el sí.

La operatoria montada por Daniel Vila, que el lunes había sacado a la luz un video a partir del canal del cual es dueño, transformó un ambiente que ya estaba bastante crispado en la previa. Se habló mucho, se vendió demasiado, para que nada, finalmente cambie.

Lo visto ayer estuvo más cerca de un show mediático de telenovela que de una propuesta diferente y sería. Adecuado es, en este caso, la tapa de Olé del día de hoy: El Show del Fútbol. Nunca más apropiada la definición.

El gerente de América concurrió junto a  representantes de los clubes del interior. Postrado en la puerta, esos 66 representates lo “eligieron” presidente en una supuesta asamblea paralela. Fue el momento top, el indicado para que todos nos paremos a aplaudir. “Soy el presidente de la AFA. Se celebró la asamblea, votaron y se avaló que sea presidente de la AFA. Mi idea es transparentarla, que se conozca absolutamente todo”. Un visimblemente serio, pero poco emocionado Vila daba la noticia que le otorgaba a la tarde noche de la calle Viamonte un tinte que ya rozaba lo bizarro.

Finalmente, y como se preveía, los representates de la “verdadera” asamblea salieron del edifico encabezado. Cherquis Bialo aseguró la continuidad de Grondona y llegaron las palabras del nuevo  mandatario: “Sin su apoyo no sería nada. Trataremos de mejorar en un todo. Tras una carrera dilatada espero poder cumplir con el mandato que ustedes me dieron. Quiero agradecerles el aguante que me han tenido”

La Copa Argentina, el contrato con el gobierno y el aumento de dinero, más las facilidades de créditos y deudas que mantienen los clubes grandes sin ningún tipo de reproche (lease grandes pasivos en River, San Lorenzo y Boca, en su momento) volvieron a sentenciar un contundente resultado a favor de “Don Corleone”.

Eso es lo que no debemos olvidar. Si Grondona es el máximo cancer de nuestro fútbol, hay que reconocer que los clubes (salvo excepciones) lo han avalado y permitido. Y esto es así porque los presidentes reciben beneficios y son, obviamente, incitados a confirmar (una y otra vez) al líder de éste mandato.

Una cosa más. No podemos, como ciudadanos y espectadores, cuestionar lo que sucede en la AFA. Si bien es cierto lo que dijo Varsky, sobre que “Argentina puede vivir sin soja pero no sin fútbol”; no podemos pretender cambiar algo sobre lo que no tenemos ningún tipo de injerencia. La Asociación es un ente privado de domino público, por ende, toma sus decisiones entre sus representantes, que son los que deciden. No nosotros.

Desde nuestro lugar, podemos contribuir con protestas alternativas; o votar, como socios de nuestros clubes, a aquellos representantes que irán en contra de la hegemonía. Pero de ningún modo podemos modificar un estatuto para impedir la reeleción indefinida. Es lo mismo que si quisiéramos cambiar las cosas en UNICEF o en algún gremio de cualquier índole.

De todos modos, a quedarse tranquilos. Grondona transita los últimos años al frente de la AFA. Ayer se lo vio notablemente desmejorado. Casi que lo tuvieron que acompañar a ingresar al edificio. Para el 2015 habrá que ratificar un proyecto opositor, con propuestas e ideas concretas (como la de Jorge Raffaini que invitaba a la ilusión). Ese es el camino. Así, sí… se va a acabar.


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