Mi relación con los huevos es extraña.
Desde aquel día que me asaltaron en la cocina de casa, estoy muy pendientede todo lo que sucede en mi nevera…
Ya no les tengo miedo. Si se ponen pesados ( los huevos), echo aceite de oliva en la sartén y cuando está bien, bien calentito pues… O lleno una olla de agua y los sumerjo hasta que llegan al punto de ebullición. O los bato, para la tortillita…Y si no hago nada de todo eso (hay que vigilar el colesterol y a los huevos) y están en plan rebelde, simplemente los casco.
Llámame torturadora de huevos pero, si no hago algo al respecto, mi cocina dejará de pertenecer a la República Independiente de mi Casa y se declarará Monarquía Absoluta de Los Huevos.
Así que hoy me han dejado sin palabras. me he quedado muda de asombro y, lo confieso, hasta un poco enternecida… Pero poco…
He llegado cargada con la compra y he ido directa a la cocina. Entonces, los he oído : “Noche de paz, noche de Amor”.La, la, la…Alguien estaba cantando un villancico dentro de mi nevera… Encima, desafinando… Así que preparada para lo peor, he cogido una lechuga (que me he puesto a modo de escudo) y he abierto la puerta del frigorífico.
Vale. ha sido un gesto simpático pero…Este año , ya sé como voy a montar mi Belén y no va a ser con huevos…Voy a utilizar, macetas, bolas de madera, saco , un rotulador , papel y pegamento.
Me quedaría monísimo pero…me lo estoy pensando. Los huevos se están rearmando y parece que , tras mi reacción poco entusiasta a que me montaran el Belén, están preparando un plan estratégico de ataque.
Este año, va a ser Belén de huevos en el frigorífico….