Finalmente se decidió por una torre esbelta y rectangular de 39 pisos de 3 por 5 crujías, colocada en paralelo a la avenida y con su lado mayor retrasado. Esta idea garantizaba una masa simplificada a expensas de una pérdida en la cantidad de superficie rentable permitida por la ley. A ojos del ciudadano el resultado más inmediato de este planteamiento fue la creación de una espaciosa plaza delante del edificio.
Había otra ventaja evidente en el fluir de la plaza dentro del barrio a su alrededor. Justamente enfrente del Seagram, al otro lado de la avenida, había un viejo palazzo de rudo estilo neoflorentino: el Racquet & Tennis Club, construido en 1918 por McKim, Mead & White. Si, al abrir la plaza, Mies alivió el mortecino espesor general de la edificación comercial que la rodeaba, su composición establecía un diálogo específico entre el Seagram y el Racquet Club que realzaba la calidad de ambos. El Racquet Club era de sólida mampostería, el edificio Seagram, de vidrio. Las dos construcciones eran simétricas y compartían un eje común. Así pues, por las semejanzas de su organización planimétrica y por sus contrastes de masa, volumen, altura y desplazamiento espacial, la relación entre estas dos enormes formas produjo uno de los entornos urbanos más llamativos de la ciudad.
Los edificios de viviendas fueron considerados como ensayos cuyas experiencias se aplicaron en la construcción de edificios de oficinas o edificios comerciales. Mies van der Rohe, maestro en el empleo de la construcción en hierro y vidrio, consiguió adecuar la ordenación racional de las fachadas a la utilización económica de los materiales. Pero aún fue más lejos. Perfeccionó la estructura hasta convertirla en una creación de perfecta elegancia.
Programa: Oficinas Ubicación: New York City – EE.UU. Autores: L. Mies van der Rohe, P. Johnson, Kahn & Jacobs Fecha: 1958
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