Ayer, en la Sala La Riviera de Madrid, asistimos en directo a la confirmación de un grito a voces que, desde hace ya tiempo, perseguía al grupo de Murcia: Second está entre los grandes grupos del indie español. Las coordenadas y la semblanza del éxito conseguido a través del trabajo y del tiempo —si en el año 2012 cumplían 15 años de carrera, echen ustedes cuentas— quedaron reflejadas y confirmadas sobre el escenario a lo largo de los 22 temas que sonaron en directo. En un concierto fin de gira muy comedido en las formas que exhibió el grupo —uno está acostumbrado a verlos saltar sobre el público o reivindicar al dios talento de rodillas—, pero que sí fue intenso e incluso arrebatador por momentos, impresiones que me corroboraron las caras de felicidad de unos fans que ayer llenaron el recinto madrileño escogido para cerrar su Montaña rusa. Y así se comportaron Los Cinco de Murcia, como una especie de ruta donde descubrir nuevas sensaciones de unos temas ya muy trabajados. Esa es una de las grandes virtudes del grupo, volver a dibujar y a pintar sus canciones más veteranas de nuevos trazos y colores y, ayer, de nuevo lo consiguieron. Solo por resaltar uno de esos casos, Caramelos envenenados fue tocada en una atmósfera, casi ambient, al inicio del primer bis de la noche —sin duda, uno de los grandes momentos del concierto de ayer— Esa necesidad de explorar nuevos territorios es la que atrapa una y otra vez a sus seguidores, cada vez más numerosos y, que ayer, llegaron desde todos los puntos de la geografía española, e incluso desde el extranjero, lo que nos dice muy a las claras el mensaje universal que, en sí misma, posee la música. Second ha ido creciendo poco a poco de la mano de unos fieles seguidores que tienen su máxima expresión en Ana Sabikilla, algo así como la community manager no oficial del grupo que, gracias a su transparente entusiasmo, llena las redes sociales del buen hacer del grupo murciano y de sus múltiples eventos. Mucho le debe el grupo de Murcia a sus más fieles seguidores, y tanto el sold out de ayer en la Riviera como el crowdfunding con el que han financiado la grabación de lo que será su nuevo disco, nos lo confirman.
Las claves del éxito de los eternos aspirantes quedaron reflejadas desde las primeras notas del tema 2502 con el que abrieron el concierto de ayer. Impulsivos y enérgicos, los de Murcia se mostraron muy cercanos al público, con el que intentaron interactuar desde el primer momento. Ese gran sonido de Los Cinco de Murcia, limpio e impactante, estuvo muy presente a lo largo de toda la noche, en una nueva demostración de maestría de todos y cada uno de los componentes del grupo: «tele transportémonos», cantaba Sean Frutos, y eso fue lo que hicimos a lo largo de una senda portentosa y única, mágica y muy, muy, onírica. La intensidad con la que Second afrontaron ayer su primera parte del concierto estuvo muy cercana a esa apoteosis que les persigue en sus actuaciones en los numerosos festivales en lo que actúan. Frenético ritmo que siguió con Psicopático, donde las palmas de los asistentes también tuvieron su espacio, y a las que se les unieron unos coros que ya no pararon en ningún momento. Ni siquiera cuando sonó Antiyo en plan metálico, donde los Secondse mostraron una vez más eléctricos y muy dinámicos, lo que les permitió seguir por esta Ruta 2502 subidos a una especie de nave espacial que solo entiende de subir y subir. Un tiro de energía que nos llevó hasta Mañana es domingo, que se inicia con una magnífica intro: «hagamos un pacto, me dijo al oído». Este es un tema que tiene mucha luz y que siempre resulta mágico: «mañana, mañana...», lo que le permite disfrutar, junto a otros temas más antiguos de Second, de una magia especial tanto dentro como fuera del escenario. Intensos como una bala que se deposita con virulencia en el corazón suena Muérdeme, uno de los grandes momentos de la noche, que nos llega a través de una intro muy atmosférica, con la que Second nos presenta este perfecto medio tiempo que nos invita a seguir al grupo por esa senda donde los sueños se hacen realidad, lo que además, consiguieron con una conexión perfecta y mágica con el público que hace de coro magistralmente, en una especie de grito infinito que hace levitar a todos los asistentes y que incluso logra ponernos los pelos de punta. Un momento estelar que de una forma inteligente Los Cinco de Murcia funden con Más suerte, otro de sus grandes temas, y que de paso les sirve para relajar un poco la cresta de la alta ola a la que nos habíamos subido y, que además, nos sirve para escuchar la primera colaboración de la noche, la de Carmen Boza: «el polvo se acumula, las idioteces crecen, relatos de ternura». Unas voces, las de Sean Frutos y Carmen Boza que, poco a poco, se van acoplando hasta que son abordadas por una magnífica guitarra que brilla con Jorge Guirao de rodillas en plan adoración a Carmen. Himno superlativo este, Más suerte, que desplaza a nuestros sentimientos a la visión de una gloria exenta de prejuicios.
Con Las serpientes de nuevo nos subimos a los cables de alta tensión: «esto se ensucia, esto se alquila, esto no, esto no, no, no», donde el amor y sus malas consecuencias nos llevas por las coordenadas de una canción con arreglos más cercanos a los temas antiguos que a la del propio disco. Una buena intro nos lleva hasta La distancia no es velocidad por tiempo, un medio tiempo que nos invita a bailar, a ritmo de rap, con fórmulas que nos regulan el corazón y los sentimientos y, que nos desplaza hasta un magnífico cambio a mitad de la canción, donde los acordes avanzan ya sin miedo por una carretera donde las líneas blancas las pinta nuestra imaginación. Aquí, la distancia no es velocidad por tiempo, es otra cosa..., la plenitud del alma. La fiesta continúa cuando atacan Rodamos, con una pequeña intro realizada por Javi Vox del himno del Atlético de Madrid, guiño futbolero que acaba en un oh, oh, oh, oh... que nos sitúa en un magnífico inicio, pleno de fuerza, y que también nos sirve para asistir a la segunda colaboración con Javi, el cantante de Full —grupo invitado de la noche que ha tocado justo antes— sobre el escenario, y que nos permite contrastar la buena conexión entre los dos cantantes. Bote colectivo en La Riviera: «rodamos, rodamos, y sudamos, hasta que nos quede un soplo de aliento». La histeria colectiva se desplaza al escenario en forma de saltos a lo pogo que acaban en un abrazo de los intérpretes. Una de las canciones votadas en las redes sociales como de las preferidas para sonar esta noche le lleva a Sean Frutos a anunciar que hace mucho que no la tocan, y que les perdonemos si cometen algún fallo. Error que no existe y que nos lleva a comprobar lo bien que envejecen las primeras composiciones de Los Cinco de Murcia. Acordes perfectos que Second han sabido reinterpretar muy bien. Intenso medio tiempo de esos que se quedan con fuerza en nuestro subconsciente. Lobotomizados es el siguiente tema elegido para sonar, y el grupo lo hace de una forma muy eléctrica y desafiante, con riffs de guitarra entrecortados: «tú, tú, tú, tienes algo, tú, tú, tú, diferente.../ fuimos lobotomizados y ahora somos tus esclavos».
Otra de las novedades de la noche fue Nueva sensación, un tema que Secondha compuesto para la banda sonora de la película de Alfonso Albacete, Solo química, y que sirvió para que Sean Frutos nos dijera eso de: «gracias a todos por venir desde toda España». A partir de ahí sonaron la guitarras dinámicas, como siempre, intentando cincelar los ritmos con una energía muy cercana al brit-pop: «y ahora solo me conformo con ser águila o halcón». Interface que nos lleva a la canción más votada en las redes sociales por su seguidores; una canción que no es otra que, El eterno aspirante, sin duda, uno de los mejores temas del grupo murciano que, sin embargo, ha sido desterrado de sus discos injustamente. Desde que Sean Frutos coge la guitarra española entes su manos, la magia se apodera del escenario y a través de una maravillosa intro nos dejamos llevar por esta inigualable composición, donde el tempo, la letra y su significado, nos hablan de las cosas más importantes de la vida: «todo está bien, todo está bien... viejas películas de vídeo», a las que acompañan unas guitarras que resuenan hasta el cielo, conformando un bella estela de notas musicales que nos lleva hasta Espectador, otro tema plagado de intensos acordes que se sustentan muy bien, tanto en las guitarras de Javi y Jorge como en la voz de Sean. Subidos a ese espacio de sonidos placenteros, Sean aprovecha para decir que es el cumpleaños de Jorge Guirao y entonar un Cumpleaños feliz al que le acompaña las dos mil quinientas voces presentes en la sala. A partir de ahí suena A tu alrededor, otra de esas canciones que siempre es una acierto y que, de nuevo le sirve al grupo para interactuar con el público: «que los discos no son todos de amor» canta Seanmientras el ritmo sube y sube con la batería de Fran, hasta que todos los componentes del grupo abandonan el escenario.
Antes de comenzar el primer bis, el gran Nando Robles nos da las gracias y nos pide perdón porque las camisetas y los cd's se les han agotado y no se han acordado de traer más. Aunque de una forma muy acertada, nos recuerda que se es más feliz siendo más imperfecto. Antes de dejar paso al resto del grupo aún nos recuerda la fiesta que después se va a celebrar en el Ocho y medio. Y casi sin avisar, Fran se pone a tocar uno de los teclados del escenario para, con una magnífica intro, muy electrónica en plan ambient, tocar Caramelos envenenados: «latido con latido, pero eso no importaba, es lo que estamos probando». Extraordinaria versión que, en un momento dado, sube de ritmo a través de la voz de Sean con su famoso estribillo: «uh, uh, uh, tú lo hiciste todo bien». Sobresaliente versión, única e indefectiblemente buena que nos demuestra las grandes habilidades musicales del grupo, y que uno les aplaude por tratar de ofrecer versiones diferentes de sus temas. Con Conocerte regresamos al pasado, aunque a través del tamiz de una música más melódica y pausada, pero también más eléctrica, donde lo matices nos recuerdan a The Smiths, que a través de otra intro distinta y apoyada en los teclados que esta vez toca Sean, irrumpe en un ritmo alto y casi frenético: «quién eres tú, quién soy yo». El público salta mientras Seancanta: «la intensidad nos lleva más allá». Con N.A.D.A asistimos a la colaboración de Maryan Frutos, cuya voz se acopla muy bien con la de su hermano Sean; una versión de esta canción, la de anoche, que comienza más pausada con la que intentan crear una atmósfera especial a su alrededor hasta que se rompe hacia arriba, en un clara declaración de energía e ímpetu que nos lleva al coro acapela con el público, y con el que finaliza el tema, para colocarnos en disposición de escuchar Autodestrucción, que sirve para que Mónica Vázquez, cantante y compositora de Electric Nana acompañe al grupo sobre el escenario al grito de: «¡Riviera, vamos arriba!». Sonidos electrónicos para empezar, hasta que nos encontramos con un riff de guitarra al que Mónica hace eco. Al grito de ¡arriba Madrid! todo el mundo de pone a botar: «seremos, auto, auto, destructivos», un grito que acaba con un simbólico lanzamiento al aire de los teclados por parte de Javi Vox.
En el segundo y último bis de la noche suena su gran hit, Rincón exquisito. «Nos lo hemos pasado de puta madre, Madrid», nos chilla un extenuado Sean Frutos. «Nos vemos en los festivales», añade, para dejar espacio a unas guitarras que resuenan y hacen ecos infinitos plenos de magníficas resonancias y reflejos. Reflejos de una realidad que ayer nos sirvió para desentrañar las huellas del éxito de los eternos aspirantes.
Ángel Silvelo Gabriel.