(JUAN JESÚS DE CÓZAR) ¿Se puede mantener la amistad en tiempos de guerra? Esta es la pregunta que sobrevuela la trama de “Secretos de guerra”, una película de Dennis Bots (Kitwe, Zambia, 1974) que se estrena en España el próximo 8 de enero y que está basada en la novela homónima de Jacques Vriens, especialista en literatura infantil y juvenil.
Esta premiada cinta nos retrotrae hasta 1943 y nos traslada a una pequeña localidad de la Holanda ocupada por los nazis. Allí viven Tuur y Lambert, amigos inseparables a pesar de las diferencias sociales e ideológicas entre sus respectivas familias. No muy conscientes de la gravedad de la guerra, continúan con sus juegos y sus pequeñas aventuras, e incluso se divierten cuando suena la alarma y deben correr hacia el refugio. Un buen día llega a la ciudad Maartje, una avispada y desenvuelta chica que enseguida se suma a los planes de los dos amigos. De forma involuntaria, la presencia de Maartje desencadenará una serie de acontecimientos que pondrán a prueba la amistad entre Tuur y Lambert, les abrirá los ojos a la realidad y les cambiará la vida.
Bots rueda con buen pulso esta historia de maduración y amistad. Gracias a su buen hacer, saca partido a un presupuesto no muy holgado, a través de una ambientación sencilla pero eficaz, y una realización clásica y realista. A estos méritos hay que añadir el mayor logro del director: haber sabido arrancar de los tres jóvenes actores protagonistas unas interpretaciones llenas de naturalidad. Acertar en este punto resultaba fundamental para la credibilidad del film, al estar construido sobre un guión que nunca abandona el punto de vista de Tuur, Lambert y Maartje.
En la película salen a relucir las nefastas realidades que rodearon la ocupación alemana: el colaboracionismo con los nazis, las denuncias, las deportaciones, el Holocausto judío… Todo lo malo, pero también todo lo bueno: los esfuerzos de la Resistencia, la solidaridad, la amistad, la lealtad, la ayuda que prestó la Iglesia… Sin ocultar el drama que siempre supone una guerra, el film evita las imágenes crudas o violentas mediante un uso inteligente de la elipsis. De este modo, “Secretos de guerra” resulta apropiada para un público joven y puede convertirse en una valiosa pieza didáctica en manos de padres, profesores y educadores en general.
Muy recomendable en todos los sentidos.