Bajo el título “Anestesia general: más que dormir, despertar” tuvo lugar en Madrid hace un par de días un encuentro para informadores sanitarios donde se abordaba el proceso para despertar tras la anestesia general. Dicho proceso, en palabras de Francisco Cañizares, presidente de la Asociación Nacional de Informadores Sanitarios (ANIS) “es desconocido por más del 60% de los periodistas encuestados”. Y es que desde la ANIS se ha elaborado una encuesta cuyos resultados arrojan el desconocimiento en esta materia.
“Una vez un paciente me preguntó si era el doctor que iba a hacerle dormir y mi respuesta fue: No, yo soy el médico que va a garantizar que usted se despierte” Dr. Yatin Menta, jefe de Anestesiología del Instituto del Corazón y Centro de Investigación Escorts.
Las funciones del anestesista, como se comprueba en esta cita, no son del todo conocidas por la sociedad, y es que el proceso posterior para despertar al paciente juega un papel fundamental en toda intervención quirúrgica y es desconocido por gran parte de la sociedad. Muchos pacientes no saben que el anestesiólogo, desde mucho antes de que comience la intervención, ya está trabajando para proporcionar el mayor bienestar y seguridad al paciente. Es una pieza fundamental que controla en todo momento sus constantes, trata el dolor desde el quirófano y mediante la administración de fármacos revierte el efecto inmovilizador de los bloqueantes neuromusculares. De este modo, el paciente, al finalizar la intervención puede moverse y respirar por sí mismo.
¿Qué es la anestesia?
La anestesia, es un estado similar al sueño que hace posible la cirugía, así como algunas pruebas diagnósticas que pueden resultar molestas o dolorosas al paciente. El desarrollo de la cirugía no habría sido posible nunca sin la existencia de la anestesia. El dolor ha estado unido a la historia de la humanidad desde sus inicios, al igual que la búsqueda del hombre para reducirlo y evitarlo. Pero no fue hasta 1846 cuando el dentista Thomas Morton utilizó éter para extraer una muela a un paciente sin ningún tipo de dolor.
La anestesia, por tanto, lleva más de 160 años evitando el dolor a los hombres y facilitando al cirujano su labor.
La anestesia general
La anestesia general es un estado mediante el que se lleva al paciente a una situación que llevan implícitos los siguientes factores:
- Hipnosis: para dormir al paciente.
- Analgesia: para aliviar el dolor.
- Amnesia: para no tener recuerdos al despertar.
- Parálisis: para producir un bloqueo del nervio al músculo, así estos no oponen resistencia y se suprimen sus efectos.
Francisco Martínez Torrente, anestesiólogo del Hospital Doce de Octubre, de Madrid explica que “cuando el paciente llega al quirófano, lo hace despierto y lo primero que hacemos es pre medicarle para evitar la ansiedad y nerviosismo. Después una vez colocado en la mesa, monitorizamos todas las constantes del paciente, canalizamos una vía para suministrar la anestesia y no aseguramos que respire de manera correcta”.
El despertar
La mayoría de los pacientes creen que el despertar se realiza de una forma pasiva, es decir, esperando que dejen de “hacer efecto” las sustancias que el anestesiólogo les ha aplicado para la anestesia. Esto es cierto a medias, para la hipnosis sí que se dejan de suministrar fármacos, ya que tienen una vida muy corta, pero en el caso del bloqueo neuromuscular, es preciso que se haya revertido totalmente antes de que el paciente recupere la consciencia, sino la situación sería bastante desagradable para el sujeto.
Para ello, es preciso que la reversión del bloqueo permita que los pacientes, una vez despiertos, no sufran ningún rastro de parálisis y puedan moverse adecuadamente. Una reversión incompleta puede obstruir la vía aérea, puede haber menos oxígeno en sangre, descoordinación a la hora de tragar… Además, si se trata de pacientes mayores y que acumulen comorbilidades, si la reversión no es del 100% puede provocar algunas complicaciones, en el caso de los jóvenes, su propia fisiología y el esfuerzo adicional que realizan permite que este grado leve de parálisis pase desapercibido.
¿Cómo se recupera al paciente?
El Dr. Martínez señala que hasta hace un tiempo los medicamentos que se utilizaban no permitían recuperar al enfermo desde cualquier nivel de parálisis, si no que tenía que tener ya un cierto grado de recuperación, y con ellos se tardaban entre 7 y 15 minutos en revertir el efecto. Actualmente se dispone de un nuevo principio activo, Sugammadex, de MSD que permite una recuperación más rápida, entre 2-3 minutos, sin efectos adversos significativos y útil para recuperar al paciente desde cualquier nivel de parálisis.
Situaciones de emergencia
La importancia de conseguir la reversión en poco tiempo es muy importante para determinadas situaciones imprevistas, como puede ser el encontrarse con una situación anómala al abrir al paciente o que la intervención haya tenido una duración inferior a la estimada. Como ya comentamos, para que una persona pueda volver a despertarse con total seguridad es necesario tener cada uno de los cuatro factores que intervienen en la anestesia bajo control, y la parálisis es uno de los más complejos a la hora de revertir su efecto, ya que no se trata de una reversión pasiva.
Existe un miedo irracional a ser anestesiado, pero, según explica el Dr. Martínez: “Tan solo se dan complicaciones graves en uno de cada 100.000 casos”. Además, no es posible despertarse durante la anestesia ya que la monitorización actual permite llevar a una persona aun plano profundo adecuado de anestesia que facilita la realización de la cirugía sin que el paciente sea consciente.
Hoy en día los avances científicos nos permiten poder entrar al quirófano con la tranquilidad suficiente de saber que existe un experto cuya finalidad es velar por nuestro sueño y despertar.
En palabras de Hipócrates, padre de la medicina moderna occidental, el alivio del dolor es una obra divina: Sedare dolorem opus divinum est.
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