Por Beatriz Blanco García,
foto: Ana Burrieza,
Fuente: La Opinión de Zamora, 3 de julio.
Alrededor de 40.000 judíos están repartidos por la geografía
española en la actualidad, la mayoría en las grandes capitales de Madrid
y Barcelona y el resto en Málaga y
la Costa del Sol, aunque también se pueden encontrar en Ceuta y
Melilla. El resto, apenas tienen relevancia en España, pues
son grupos "diminutos".
Sobre esta comunidad habló el rabino principal en la Sinagoga Abierta de Córdoba, Haim Casas, en su conferencia "El judaísmo en España hoy", con la que se inauguró la duodécima edición del congreso Zamora Sefardí.
Los participantes escucharon el recorrido que hizo el
experto por las comunidades judías que regresaron a España desde el
siglo XIX hasta la actualidad. "La mayoría son sefardíes del Marruecos español,
que regresaron tras la independencia del país en 1956. Después, con la dictadura
argentina en los años 80, también acogimos a judíos que residían
allí", añade.
Esta última remesa provocó que en los años 90 se
añadieran a las tradicionales comunidades sefardíes marroquíes, afiliadas a
movimientos religiosos ortodoxos, una nueva comunidad de índole más liberal y
moderna.
Cuestionándose el modelo
tradicional
De ahí que Casas se preguntara en su charla si el
modelo tradicional de comunidad judía "entendido como un edificio
de reunión, que sirve como sinagoga, con una directiva y un rabino, puede
seguir siendo el único. Es cierto que va a seguir existiendo porque es un
modelo que tiene dos mil años, pero considero que hay que adaptarse a
los nuevos tiempos", apunta.
Estos nuevos modelos, por tanto, lo califica más
"como un grupo de activistas, de amigos que se unen para vivir su
judaísmo ya sea a través de la cultura, de la comida, de la música o de la
filosofía, sin estar afiliados a movimientos religiosos", detalla.
Tres movimientos
A grandes rasgos, resume los tres grandes
movimientos actuales que existen en el judaísmo: "el ortodoxo a
un extremo, el liberal reformista, al que yo pertenezco, en el otro
extremo, y un intermedio que se denomina conservador", resume.
También considera que a los judíos,
"aunque nos encante pensar que somos una etnia pura y nada a nuestro
alrededor nos ha afectado", también han sido hijos de su tiempo, al vivir
en sociedad. "Cuando existió el helenismo, tuvimos mucha influencia de la cultura
grecorromana, en el siglo X gran parte del mundo judío vivió en el mundo
islámico, "influyendo su música, el pensamiento, la cultura o la
poesía árabes", pone como ejemplos.
Haim Casas fue ordenado rabino en Londres en
2017 —"soy el primer rabino cordobés ordenado en 500 años", señala
con orgullo— y desde entonces ha estado ejerciendo en Francia y Suiza,
antes de volver a Andalucía, donde le tiran su familia y sus raíces,
cómo el mismo confiesa.
Se considera un rabino "freelance" y
en esa Andalucía "donde la comunidad judía no ortodoxa es prácticamente
inexistente", se gana la vida, principalmente, a través del turismo
cultural y educativo, organizando viajes por la España judía y sefardí.
Corriente reforzada
Haim Casas pertenece a
la corriente liberal reformista del judaísmo, que nació a la luz de la
Ilustración y de la figura de Moses Mendelssohn "que empieza a
analizar la religión a la luz de la razón, aunque existe el precedente de Baruch
Spinoza, filósofo de origen sefardí del siglo XVII, que empieza a
cuestionarse aspectos como la divinidad de la Torah", apunta el ponente.
Es en el siglo XVIII entonces cuando empieza a surgir una rama que ven al judaísmo
de una manera diferente, "a la luz del tiempo que están viviendo y de
la razón y, lógicamente, esto va a tener sus consecuencias, como abogar por la
igualdad de hombres y mujeres, la posibilidad de que ellas puedan ser rabinos,
una adaptabilidad de la ley tradicional judía e incluso una manera diferente de
relacionarse con el no judío", pone como ejemplos.
Un paso
importante se da en el siglo XIX, cuando a los
judíos se les permite salir del gueto. "Es lo que llamamos la época de la
emancipación, cuando el judío se convierte en ciudadano y ese gesto es una
reacción al judaísmo más tradicional", reconoce.
Por tanto, su opción
"es una respuesta más racional, liberal y adaptada a su tiempo y a la
cultura de su entorno", considera.