[SEFF 2013] Encarando la recta final del festival
Moisés Valderas Álvarez 15 noviembre, 2013 0
Tras el día de hoy jueves uno no hace más que pensar que esto se acaba, que llevamos 7 días gozando del Festival de Cine Europeo de Sevilla y que a pesar del cansancio acumulado, la sobrecarga de películas, y la decepción por diversos motivos del día de hoy queremos más y más.
La jornada comenzó temprano, con la proyección a las 9:00 de Michael Kohlhaas, protagonizada por el siempre inconmensurable Mads Mikelsen en una historia de justicia y venganza. ¿Mikelsen empuñando una espada, que puede salir mal?
Kohlhaas es un mercader de caballos que vive una vida cómoda y feliz con su mujer e hija. Todo se tuerce en el momento en el que uno de los grandes señores le devuelve dos caballos prestados en lamentables condiciones, muy maltratados y desnutridos. Queriendo exigir lo que le es suyo será amenazado, pero en contra de rendirse empuñará las armas formando un ejercito cuya fama se propagará al mas puro estilo William Wallace. Lamentablemente se queda muy lejos del film de Mel Gibson careciendo de acción y haciéndose un metraje excesivamente lento y soporífero para la gran historia que cuenta. Destacar también la aparición estelar del querido por muchos de nosotros, Denis Lavant, quien se ganó el corazón de todos los sevillanos el pasado año con Holy Motors.
Tras la proyección acudimos a la rueda de prensa donde pudimos charlar con su director, Arnaud des Pallières quien nos contó que llevaba 25 años queriendo hacer esta película, basada en (citándolo repetidas veces) una obra maestra de la literatura alemana, hasta llegó a compararla en importancia y calidad literaria con El Quijote. Para el director, lo más importante era la atmósfera que transmitía la película y no tanto el contar una historia (unas palabras que nos sonaban dolorosamente, ya pronunciadas por Luis López Carrasco, director de El Futuro), esto le llevó a rodarlo prácticamente todo en exteriores, haciendo que sus actores pasasen frío, calor, que aprendiesen a montar a caballo (caballos españoles) e incluso en el caso de Mikelsen que aprendiesen francés. Todo esto hace que la fotografía y la ambientación de la peli sea espectacular, pero se queda poco más que en eso.
Seguidamente a mediodía nos adentramos en una película que se tambalea entre el falso y el verdadero documental, hablo de La Jungla Interior en el que una joven pareja se plantea como será su futuro mientras rebuscan entre las viejas pertenencias de Juan, el protagonista de la cinta. Tras un viaje por las islas del Pacífico al volver a casa descubre que su novia Gala, en contra de sus deseos se quedó embarazada antes de marcharse de viaje, algo que los cambiará para siempre debido a que Juan, traicionado, solo querrá ver a su novia a través del objetivo de su cámara en un film que no se corta a la hora de enseñar de forma explícita las partes del cuerpo humano y sus diferentes fluidos. No es por el rechazo que alguna de estas escenas genera, pero uno no logra entender que es lo que intenta contar la película, dónde el peso importante de la misma son escenas de Gala en mayor o menor grado de desnudez a medida que se va gestando su embarazo. Culminando con el parto real de su hija Luz, una escena que, en un aperitivo que tuvimos mas tarde con su director Juan Barrero, nos contó que fue el primer contacto con su hija, una experiencia cuanto menos inusual. Tras dos grandes decepciones y con grandes ilusiones nos dirigimos a la proyección de Alabama Monroe, por desgracia llegaría el gran chasco de la noche, y no por su calidad, ya que los 20 minutos que pudimos ver de película demostraban con creces el porqué de sus cinco nominaciones a los EFA (mejor actor, actriz, director, guión y película), la historia te atrapa desde el primer minuto, su fotografía te invade y su banda sonora, ya que el protagonista toca el bajo en una banda Country, es impresionante. Lo malo llegó cuándo a los 20 minutos de película los subtitulos empezaron a desincronizarse, algo que al ser integrados no tenía arreglo rápido. Esto nos obligó a muchos abandonar la sala, ya que se hacía difícil seguir el ritmo en una película belga. Fue una autentica lástima, aunque no compartimos las opiniones de muchos espectadores quienes volcaron su ira contra los pobres trabajadores del cine Alameda, que poco o nada podían hacer si la cinta estaba defectuosa. Por suerte será uno de los títulos que llegue a nuestra cartelera próximamente. Y para finalizar la jornada nos dirigimos a ver Un ramo de cactus, del director español Pablo Llorca que ya el año pasado estuvo presente con otro de sus títulos, Recoletos: Arriba y abajo. Procuraré ser breve ya que no creo que se merezca parte de mi tiempo, pero aunque es de envidiar la forma de hacer cine de Llorca, completamente autónomo, su cine deja mucho que desear. No sé con que intenciones está rodada, pero no comprendo a los que se pueden sentir atraídos por un film dónde hay constantes fallos de iluminación, de sonido (cambiando el registro y volumen en la misma escena), y sobretodo incontables fallos de raccord, como la aparición un pedazo de iPhone cuándo en ese momento de la película nos encontramos 14 años atrás, de hecho escuchamos en la radio una jugada de Angulo en mitad de algún partido del Valencia.Por hoy eso ha sido todo, nos quedan dos días de nervios y de disfrute de lo que ha sido esta maravillosa experiencia de vivir desde dentro el festival de cine Europeo de Sevilla.