[SEFF 2013] Punto y final a un excepcional festival

[SEFF 2013] Punto y final a un excepcional festival

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Moisés Valderas Álvarez 17 noviembre, 2013 0

Aunque en la mañana de ayer ya se conocieron los premiados del palmarés de esta décima entrega del Festival de Cine Europeo de Sevilla aun quedaba la última jornada por delante. Se notaba que volvía a ser fin de semana, y que las ya interminables colas eran aun mas largas para todas las proyecciones.

Este último día sin proyecciones matinales para prensa comenzaría a las 17:30 con Grand Central, protagonizada por una de las actrices de moda gracias a La vida de Adèle, Léa Seydoux, ademas de Tahar Rahim (quien ya estuvo presente en el pasado festival con À perdre la raison) y Denis Menochet (Malditos Bastardos).

El film nos narra la historia de Gary, un joven que nunca ha sido nadie en la vida y quien consigue trabajo en una central nuclear, además del calor de su nueva familia, los trabajadores que viven en caravanas en los alrededores de la central. Allí se enamora de la prometida de su jefe y cada día será una aventura en la que se mezclan los peligros del trabajo y los de su apasionada relación secreta. Una aventura que con el paso de los minutos se convierten en rutina: trabajo durante el día, sexo por las noches, lo que convierten el film en algo que prometía mucho en algo completamente insulso con leves momentos de tensión emocional y sexual.

En segundo lugar era el turno de una nueva proyección patria, Diamantes Negros, una película que nos cuenta una de las verdades del mundo del fútbol que nunca nos muestran los medios, aquella que hace que más de 20.000 jóvenes africanos se encuentren abandonados por las calles europeas tras el incumplimiento de falsas promesas. 

Willy Toledo interpreta a un ojeador español, que aprovechándose de los vacíos legales de la justicia e incumpliendo la normativa VI.1 de la LFP “Las transferencias internacionales de jugadores se permiten sólo cuándo el jugador alcanza la edad de 18 años” consigue traer a España a dos jóvenes de Mali, Amadou y Moussa, los llamados a ser los nuevos Seydou Keita y Frédéric Kanouté, que una vez llegados a España y viendo como por diferentes motivos se van truncando sus carreras deportivas serán abandonados a su suerte y sin ningún tipo de medios para vivir o volver a sus países, donde en caso de volver serían rechazados debido a la fuerte inversión que deben hacer sus familiares y amigos para que estos viajen a Europa. Una película valiente, aunque con un ritmo bastante lento, basada en hechos reales (como la del propio protagonista), y que le abre los ojos al aficionado al fútbol de como es realmente este negocio.

Y en último lugar en el que ha sido mi calendario del festival me dirigí a la proyección de The Deep, un film sobrecogedor basado en el caso real de Gulli, un pescador islandés, cuarentón y que vive con sus padres que se convirtió en héroe nacional en 1984.

Tras el hundimiento del barco de pesca donde trabajaba y la muerte de todos sus compañeros tendrá que hacer frente a la dureza de las gélidas aguas del océano durante horas. El extraño caso de como un hombre de manera inexplicable para la ciencia consiguió sobrevivir a un ambiente mortal para cualquier otro ser humano. Recreada en la crudeza que tuvo que vivir el protagonista de la historia, en mitad del océano.

Y este fue el fin a una experiencia inolvidable. Nueve días, veintisiete proyecciones y un sinfín de actividades, coloquios, encuentros y ruedas de prensa que a muchos, a pesar del agotamiento, nos sabe a poco, deseando que llegue lo antes posible la 11ª edición de nuestro festival.

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