Revista Salud y Bienestar
El consumo de bebidas energéticas podría promover el alcoholismo, según sugiere un estudio de la Universidad de Maryland en Estados Unidos que se publica en la revista 'Alcoholism: Clinical & Experimental'. Los autores explican que las bebidas energéticas son consumidas por adolescentes y estudiantes universitarios que las utilizan para mantenerse despiertos durante las largas noches de estudio. Además, señalan que está aumentando en popularidad la práctica de mezclar alcohol con estas bebidas energéticas.
El estudio indica que los individuos que tienen una alta frecuencia de consumo de bebidas energéticas (52 o más a lo largo del año) tienen un mayor riesgo de dependencia al alcohol y a un consumo más elevado de éste. Los científicos, dirigidos por Amelia M. Arria, señalan que los resultados subrayan los peligros de combinar las bebidas energéticas con alcohol.
En el trabajo se utilizaron datos de más de 1.000 estudiantes de la universidad pública a los que se preguntó sobre su consumo de bebidas energéticas y su consumo de alcohol en los pasados 12 meses.
Los investigadores descubrieron que los individuos que consumían bebidas energéticas con una frecuencia elevada eran más propensos a emborracharse a una edad más temprana, beber más en una sesión y a desarrollar dependencia al alcohol en comparación con no consumidores de bebidas energéticas y aquellos que las tomaban en pocas ocasiones.
Los resultados confirmaron y ampliaron investigaciones previas sobre los riesgos del consumo de las bebidas energéticas. Una importante preocupación es que la mezcla de las bebidas energéticas con el alcohol conduce a una 'embriaguez muy despierta', en la que la cafeína de las bebidas energéticas enmascara la sensación de ebriedad pero no disminuye el deterioro asociado al alcohol. Como resultado, el individuo se siente menos ebrio de lo que realmente está, lo que podría conducir a un consumo mayor de alcohol o a desarrollar actividades de riesgo como beber bajo los efectos del alcohol.
**Publicado en "Terra"
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El estudio indica que los individuos que tienen una alta frecuencia de consumo de bebidas energéticas (52 o más a lo largo del año) tienen un mayor riesgo de dependencia al alcohol y a un consumo más elevado de éste. Los científicos, dirigidos por Amelia M. Arria, señalan que los resultados subrayan los peligros de combinar las bebidas energéticas con alcohol.
En el trabajo se utilizaron datos de más de 1.000 estudiantes de la universidad pública a los que se preguntó sobre su consumo de bebidas energéticas y su consumo de alcohol en los pasados 12 meses.
Los investigadores descubrieron que los individuos que consumían bebidas energéticas con una frecuencia elevada eran más propensos a emborracharse a una edad más temprana, beber más en una sesión y a desarrollar dependencia al alcohol en comparación con no consumidores de bebidas energéticas y aquellos que las tomaban en pocas ocasiones.
Los resultados confirmaron y ampliaron investigaciones previas sobre los riesgos del consumo de las bebidas energéticas. Una importante preocupación es que la mezcla de las bebidas energéticas con el alcohol conduce a una 'embriaguez muy despierta', en la que la cafeína de las bebidas energéticas enmascara la sensación de ebriedad pero no disminuye el deterioro asociado al alcohol. Como resultado, el individuo se siente menos ebrio de lo que realmente está, lo que podría conducir a un consumo mayor de alcohol o a desarrollar actividades de riesgo como beber bajo los efectos del alcohol.
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